A DEBATE / Ilógico, apostar a energía sucia

AutorDavid Shields

Durante su campaña electoral, Donald Trump propuso no sólo un muro, sino también el impulso a proyectos de carbón, petróleo y ductos, pero sin apoyar usos más limpios de la energía, todo porque sabía que así obtendría popularidad y votos en ciertos sectores. Ahora, estando en el poder, ya comenzó a desmantelar a la autoridad ambiental de su país y ha reducido el apoyo presupuestal para la producción de energía limpia.

En México, el candidato Presidencial Andrés Manuel López Obrador ve al menos una parte de la solución al reto energético del país en la construcción de refinerías y en la revisión de las leyes de la reforma energética que ha abierto el mercado energético mexicano a la inversión privada y extranjera. Por sus orígenes y su pasado, es comprensible que AMLO esté más enfocado al petróleo que a la energía limpia.

Pero es improbable que una política energética soportada en energías fósiles prospere a mediano y largo plazo. En todo el mundo se transita ya de un modelo energético basado en carbón y petróleo hacia uno más sustentable con mayor uso del gas natural y de fuentes renovables. Las energías solar y eólica ya son más competitivas en precio que las opciones fósiles, sustituyendo al gas y al petróleo en nuevos desarrollos eléctricos y están a punto de despegar y masificarse en la próxima década.

El propio Trump ha creado un consejo empresarial que incluye a los presidentes de las compañías más poderosas de su país, como General Electric, General Motors Boeing, IBM, Tesla, EY, WalMart y BlackRock, para asesorarlo en política económica. Resulta que casi todas ellas invierten masivamente hoy día en energías renovables y en programas de sustentabilidad y reducción de emisiones de carbono. Es inconcebible que ellas aconsejen a Trump a usar más energía fósil. Además, la construcción de nuevas centrales generadoras a base de carbón se está frenando en todo el mundo, incluso en China, y hay un retiro acelerado de este tipo de plantas en Estados Unidos.

En el caso mexicano, es entendible la posición de AMLO si ve riesgos para la seguridad energética del país por la creciente importación de gasolinas. Sin embargo, las refinerías se construyen en épocas pujantes de la industria petrolera cuando se tiene comprobada...

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