A DEBATE / ¿El fracking será exitoso en México?

AutorDavid Shields

En fecha próxima se lanzará la Licitación 2.5 de las rondas petroleras, orientada a yacimientos convencionales y no convencionales en tierra. Por primera vez en México se licitarán campos de shale donde se usará la tecnología de fracturamiento hidráulico (fracking), que ha sido la base de la revolución energética en Estados Unidos. El fracking ha permitido a ese país surtirnos masivamente el gas que no hemos sabido producir en México.

Como paso previo a esa licitación, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) publicó los lineamientos para la protección y conservación del agua en este tipo de explotaciones el 30 de agosto pasado. Esas reglas complementan el marco regulatorio para el fracking, que ya habían emitido la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) en cuanto al diseño técnico de los pozos y la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) sobre emisiones, mitigación de riesgos sísmicos y otros aspectos ambientales.

México posee grandes ventajas en cuanto a recursos, logística y mano de obra para explotar shales. Pero la regulación emitida por Conagua implicará costos casi prohibitivos para los futuros operadores, sobre todo por la obligación de construir una red de monitoreo del agua en toda el área contractual con una densidad de un pozo hidrogeológico por cada 25 kilómetros cuadrados y al menos cuatro pozos cerca de cada lugar de extracción.

Esa regulación resulta excesiva para una actividad con márgenes de ganancia muy estrechos, considerando que la vigilancia de tantos pozos sería una vasta tarea y la inyección de sustancias químicas sería a tal profundidad que no debería causar afectaciones a mantos freáticos ni a cuerpos superficiales de agua. De hecho, la aplicación de mejores prácticas industriales debería ser suficiente para garantizar que el agua superficial no se contamine.

En Estados Unidos, el fracking es una actividad que casi se autorregula, porque los recursos del subsuelo pertenecen al propietario de los terrenos, no a la Nación. Esto facilita acuerdos de explotación, además de que faculta al propietario para ser vigilante de que esos acuerdos se cumplan y que no se contamine el agua ni se causen otros tipos de daños en sus terrenos.

Por supuesto, en México las cosas no son así de...

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