EN EL DEBATE / Erradicar la violencia

Fela Pelayo López

Lejos de disminuir, en los últimos cuatro años, los feminicidios en México han aumentado 150% (Mural, 31 de agosto) y, hay que decirlo, lo que reflejan esas cifras es que los mecanismos institucionales para contener la violencia de género han fracasado en todo el País.

No es extraño entonces que las mujeres decidamos tomar las calles y manifestarnos para exigir una vida libre de violencia, o que sintamos una profunda indignación cuando quienes ocupan un cargo público consideran nuestras manifestaciones "provocaciones" o llaman "agresión" a brillantina arrojada a un servidor público.

Lo que debería encendernos las alertas como comunidad es la nula empatía de amplios sectores de la sociedad misma, que han insistido en tratar de deslegitimar nuestras acciones utilizando argumentos que demuestran un profundo machismo, como: "¡Que terrible que las feministas hicieron vandalismo, (...) así no se debe exigir nada, la violencia llama violencia!".

Creo que la mayoría de las y los mexicanos estamos de acuerdo en que queremos un país libre de violencia, pero lo que parecen decir este tipo de reclamos, que abundaron en Redes tras la marcha, es que de alguna forma las manifestaciones de ira que desencadenaron en pintas y vidrios rotos, pesan más -en lo mediático y, en muchos casos, en la conversación cotidiana- que las legítimas exigencias de poner un punto final al acoso, violencia, violaciones y asesinatos a las que nos vemos expuestas por el simple hecho de ser mujeres.

Es importante entender que esta falta de empatía es uno de los síntomas más claros del grave problema que vivimos en México, y no tendrá solución si no logramos comenzar un cambio cultural que erradique las conductas machistas que vamos adquiriendo a lo largo de la vida.

Como funcionarias y funcionarios públicos tenemos la obligación de ser las y los primeros en empujar este cambio cultural. Tenemos que escuchar a quienes se manifiestan, recoger sus demandas y trabajar junta a ellas para garantizar su derecho a una vida libre de violencia.

Para hacerlo, en Jalisco, sabemos que debemos actuar de forma paralela en contener la violencia y también en prevenirla y erradicarla. Hace unos días presentamos la estrategia ALE, para fortalecer las capacidades de los Municipios que se encuentran bajo alerta de violencia contra las mujeres, estatal y federal.

Además, creamos el Programa Estatal para Prevenir, Atender y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (PASE), instrumento...

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