EN EL DEBATE / El equipo presidencial

AutorRamiro Hernández García y David Gómez-Álvarez

Ramiro Hernández García

El relevo en la Secretaría de Gobernación hace unos días, y los anteriores en las Secretaría de Desarrollo Social y de la Función Pública, ponen de manifiesto que las prioridades de la Administración federal están enfocadas a la lucha electoral, por encima de los grandes problemas de la Nación.

Los movimientos responden claramente a la intención de generar votos, de cara a la elección de julio de 2009, poniendo en evidencia que para el Ejecutivo federal lo más importante es la imagen, la percepción, las encuestas y la aceptación de la gestión presidencial, más allá de la solución a los graves retos que significa la inseguridad, el crecimiento de la delincuencia, la construcción de acuerdos políticos para generar reformas económicas; el riesgo de contagio de la debilidad económica de los Estados Unidos; la falta de una política agropecuaria y muchos más que debieran ser el eje de la acción de las autoridades federales.

Hasta hace algunas semanas se mantuvo una actitud de prudencia, que ahora parece terminar para iniciar las hostilidades electorales apalancadas en el uso de los recursos del poder público, con la coordinación del nuevo encargado de la política interna, con la nueva dirigencia del partido en el poder y los programas de desarrollo social.

Los cambios son una respuesta a la baja de popularidad presidencial que reflejan los estudios de opinión, que junto a la caída en la intención de voto a favor de su partido han encendido los focos de alerta, produciendo una reestructuración del Gabinete.

Pretender dar plataforma a nuevos funcionarios para generarles oportunidad de ser candidatos en 2012, a costa de la eficiencia de la gestión pública es un acto de grave responsabilidad; una historia que ya vivimos cuando la anterior Primera Dama pretendió lo mismo, o cuando se decidió Vicente Fox por colocar en la misma Secretaría de Gobernación a quien quería que fuera su candidato.

Esperemos que no se cometan los mismos errores, por el bien de México.

Jalisco pierde, con el relevo de Francisco Ramírez Acuña, a un interlocutor de primer nivel que hace mucho tiempo no tenía; independientemente de posiciones de partido, es lamentable que el cambio se produzca en condiciones de dureza, que muestran diferencias entre funcionarios cercanos al Presidente Felipe Calderón. Refleja ya, luchas de poder, de intereses, que están lejos de lo que realmente nos interesa a los ciudadanos.

La situación del País exige que todos nos...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR