EN EL DEBATE / Crisis de inseguridad en Jalisco

Dante Jaime Haro Reyes

Sin duda, una de las preocupaciones más importantes y actuales en México es lo concerniente a la grave problemática que enfrenta el sistema de justicia penal y la seguridad pública en México.

El Estado de Jalisco, en el último lustro, ha pasado de estar por debajo de la media nacional a ser una de las entidades con mayores problemáticas de inseguridad y violencia. Los registros sobre delitos federales y del fuero común así lo demuestran.

Siete de cada 10 jaliscienses nos percibimos inseguros, y esta percepción lamentablemente está avalada por las cifras duras, ya que no sólo se vive la inseguridad provocada por el aumento de los delitos de alto impacto y que están vinculados al narcotráfico, sino también el incremento de delitos del fuero común, y son precisamente estos últimos en los que se centra la presente reflexión.

En tan sólo cinco años se triplicó el número de homicidios.

Respecto a los robos, según datos de la Fiscalía General del Estado, publicados por medios locales, del 2006 a 2012 se quintuplicaron los hurtos de celulares en Jalisco: de mil 645 denuncias pasaron a 9 mil 041.

En el último año, el robo de automóviles aumentó en Jalisco 20 por ciento con respecto al año anterior, al registrar 7 mil 811 vehículos hurtados, lo que llevó al Estado a ocupar el tercer lugar a nivel nacional en este delito.

También se tienen registrados 79 robos a instituciones bancarias en lo que va de este 2013 en la entidad.

Entre la ciudadanía hay muy poca confianza en las instituciones del Estado, la cifra negra (lo que no se denuncia) es de 85 por ciento aproximadamente, sólo el 15 por ciento de los delitos se reporta en nuestra entidad, de estos sólo uno de cada 10 se esclarece, esto nos anticipa por qué existe un 98 por ciento de impunidad.

Aunado a esto, se perciben las inconsistencias de la política criminal estatal que se reflejan en el sistema penitenciario.

Tenemos en Jalisco casi el mismo número de internos que el Estado de México apenas con la mitad de su población. Ocupamos el segundo lugar, con el sistema penitenciario más saturado del país, estando al 180 por ciento de nuestra capacidad en nuestros centros penitenciarios, lo que hace prácticamente inviable pensar en una correcta readaptación y reinserción de los internos.

En gran medida, la responsabilidad de esta crisis es sin duda de los servidores y ex funcionarios públicos y operadores del sistema, que no supieron y no han sabido manejar y resolver la...

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