EN EL DEBATE / Crisis forestal

Sergio Graf Montero

La pérdida y degradación de bosques y selvas es un problema añejo en el mundo que, en los últimos tiempos, ha alcanzado una magnitud alarmante por el incremento de tala ilegal, incendios forestales y, sobre todo, el cambio de uso de suelo, ocasionado principalmente por el crecimiento de la superficie sembrada a nivel mundial de diversos "commodities" como la palma africana, la soya y los pastizales. Se estima que más del 70% de la deforestación mundial se relaciona con la agricultura comercial a gran escala y, en ese sentido, Jalisco no es la excepción.

De acuerdo con la Conafor, entre 1992 y 2012, Jalisco perdió aproximadamente 522 mil hectáreas de bosques y selvas, y 493 mil más sufrieron algún grado de degradación. El 80% de la superficie deforestada corresponde a bosques de encinos y selvas caducifolias. La ganadería extensiva con la instalación de pastizales, el cultivo de agave y recientemente el de aguacate han sido los principales factores de esta pérdida: la superficie cultivada de agave creció 600% en un periodo de 15 años, mientras que la del aguacate incrementó en un 1,000% entre 2007 y 2017. Una parte importante de esta expansión se dio ilegalmente sobre ecosistemas forestales.

Perder bosques y selvas impacta no sólo en la pérdida de la biodiversidad sino también en la erosión de los suelos, afectando la capacidad de los ecosistemas en la provisión de servicios ambientales como la infiltración de agua al subsuelo, disminuye la recarga de los acuíferos y almacenes de carbono. La pérdida de cobertura forestal en zonas montañosas, como en Jalisco, incrementa la vulnerabilidad de asentamientos humanos ante fenómenos meteorológicos como trombas y huracanes. En San Gabriel vimos de primera mano las consecuencias de esto.

La falta de valorización de los ecosistemas facilita procesos de degradación y deforestación. Para un productor vale más una hectárea sembrada de aguacate y agave, que una de bosque o selva conservada. Por ello, necesitamos generar esquemas que promuevan la valoración de los recursos naturales así como mecanismos que permitan financiar los costos en los que incurren los propietarios de bosques y selvas para su aprovechamiento sostenible y conservación.

Es fundamental implementar políticas públicas transversales que incidan en las causas directas e indirectas de la deforestación. En la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet) y la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural...

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