EN EL DEBATE / Crisis fiscal y modelo de desarrollo

Alberto Montoya Martín del Campo

La iniciativa presidencial en materia de ingresos ha desatado reacciones en todos los sectores de la sociedad, porque los acuerdos fiscales y el destino del gasto público reflejan los valores y estructuras de poder.

A un cuarto de siglo de neoliberalismo, México se acerca a una situación límite. Con este modelo es imposible alcanzar altas tasas de crecimiento, creación de empleos, aumento del poder adquisitivo del salario y eliminación de las desigualdades sociales.

México es potencia importadora: el déficit comercial acumulado de 1998 a la fecha es del orden de 80 mil millones de dólares. Sin considerar exportaciones de la maquila y petróleo hubiera sido del orden de 500 mil millones de dólares.

Esta es la causa profunda de la falta de crecimiento y generación de empleos. Tenemos una creciente dependencia alimentaria, industrial y energética, al tiempo que desmantelamos la industria y el campo.

La reducción del poder adquisitivo del salario y de la proporción de los salarios en el PIB en las últimas dos décadas son el reflejo directo de la reducción del mercado interno, lo que se convierte en una limitación para sostener nuevas inversiones.

Es fundamental analizar el pacto fiscal mexicano, que constituye el núcleo de la actual economía política y de su inserción en la economía global.

El gasto público como proporción del PIB se redujo del 44 por ciento en 1982 al 24 por ciento en 2009. Se argumentó entonces que el excesivo gasto público y la corrupción en su ejercicio eran la causa de los problemas económicos del País. Había razones para ello.

El ingreso y el gasto público se redujeron sistemáticamente, como condición para contener la inflación y tener equilibrio macroeconómico.

Sin embargo, una comparación internacional demuestra que esta tesis es falsa. El promedio de gasto público como proporción del PIB en los países de la OECD es de 42 por ciento, casi el doble de México.

Todavía se insiste en la "obesidad" del Estado. Ahora se propone eliminar Secretarías como repetición de la receta, aprovechando el viaje para atacar a la SRA, que debería avanzar del reparto a la fase productiva de la reforma agraria.

México tiene ahora un Estado impotente e incapaz de promover la creación de riqueza en el campo, la industria y los servicios de la economía del conocimiento, y de mejorar la educación, eliminar la pobreza extrema y la desigualdad ancestral.

El uso irracional de la renta petrolera, que paga el 40 por...

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