EN EL DEBATE / ¿Y los albergues para menores?

Rogelio Padilla Díaz

"Niños privados del cuidado parental" es el concepto que acuñaron los organismos internacionales para así nombrar una realidad: la de millones de niños y niñas en el mundo que por diversas razones están separados de sus padres, como pueden ser violencia social, inequidad, pobreza y exclusión, migración, violencia familiar, pandemias, accidentes y desastres naturales o provocados.

El título se dice fácil, pero no se asoma a profundidad a las historias de "vida desgraciada" de cada uno de quienes sí nacieron de una familia, pero no crecen y se desarrollan en ese entorno familiar por diferentes circunstancias, que los lleva a tener distintos "apellidos sociales": huérfanos, abandonados, infractores, maltratados, migrantes, callejeros o pobres, y de estos últimos, todavía muchos que son "bien portados y estudiosos" y que son el perfil ideal para la mayoría de internados o casas hogar de este país.

En la realidad opuesta están otros pobres que son los "chicos malos" con cero en conducta, deserción escolar, adicciones, violencia y ya con ensayos que los coloca en conflicto con la ley (para ellos nació MAMA A.C.).

De todas estas realidades, surgen las instituciones que tenemos a cargo la delicada misión de proteger y mejorar la vida de miles de niños, niñas y adolescentes. Pero ¿cómo abordar los obstáculos? Lo que no debemos hacer es crear una psicosis colectiva debido a los últimos acontecimientos ocurridos en Zamora, Michoacán, que de golpe ponen en el corazón de todo el país a ese mundo de niños, niñas y adolescentes y a los albergues.

De ninguna manera hay que guardar silencio, ni paralizarnos; al contrario, que todo esto nos duela y convoque a actuar con voluntad política e inteligencia para dar un paso trascendente en la construcción de un país para la infancia, donde se garantice a todos el goce pleno de sus derechos.

No nos equivoquemos de nuevo, un rotundo no a las cruzadas que son respuestas efímeras.

Dos propuestas concretas. La primera: seguir los pasos de las autoridades del DF y su Asamblea Legislativa y si se quiere, superarlos. Por esas tierras, en los primeros días de junio, aprobaron la Ley de Cuidados Alternativos para Niñas, Niños y Adolescentes en el Distrito Federal.

La segunda: Ponernos a estudiar y a rediseñar la nueva institucionalidad que requiere nuestra población infantil en estado de vulnerabilidad social, basados en el interés superior del niño y que las acciones, programas y políticas públicas se...

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