EN EL DEBATE

Una democracia más amplia

Los mexicanos pueden estar seguros que las relaciones entre México y los Estados Unidos no van a perder con cualquiera que gane la Casa Blanca. Con México tenemos una intensa y diversificada relación, y sin duda, es un amigo y un aliado, es una de nuestras relaciones más importantes del mundo.

Edgard Ramotowski

En dos días, mi País hará una celebración de la democracia, tendremos elecciones. Una elección es un acto de libertad, un gesto de soberanía que nos iguala y nos dignifica como individuos y como ciudadanos.

Para el pueblo estadounidense, el término democracia es inseparable de la esencia misma de los orígenes de la nación. Millones de mis conciudadanos concurrirán el martes 4 de noviembre a las urnas para indicar el camino a seguir y para elegir a quienes tendrán la responsabilidad de liderarnos.

Estamos frente a una elección histórica. Esta afirmación ha sido repetida muchas veces a lo largo de la campaña. Dos de los cuatro candidatos en las principales fórmulas presidenciales representan a minorías que lucharon con éxito por la ampliación de sus derechos civiles y políticos en el Siglo 20.

Pero, ante todo, esta elección es histórica por la propia decisión del pueblo estadounidense, que se ha interesado en la política electoral como no lo hacía en décadas.

Los más de dos siglos de democracia de los Estados Unidos nos han dejado muchas enseñanzas. Nos llevó casi 100 años y una guerra civil abolir la esclavitud en 1865. Las mujeres tuvieron que luchar durante más de 50 años para obtener el derecho al sufragio universal en 1920. El derrotero hacia la plenitud de derechos civiles y políticos continuó para las minorías durante gran parte del siglo pasado, en medio de muchos conflictos.

En la democracia, afirmaba J. William Fulbright, el desacuerdo es un acto de fe en el que "el valor no reside en su sabor sino en sus efectos". Al final, la representación democrática ha crecido y ha mejorado, y cada vez más los ciudadanos sienten que el sistema tiene un lugar para que sus voces sean escuchadas y sus voluntades se hagan realidad. Para que eso suceda en forma correcta los ciudadanos deben permanecer comprometidos luego de las elecciones, a fin de asegurar que los elegidos cumplan sus promesas.

Este convencimiento ha generado otro dato clave de esta elección: la alta participación de la juventud. Más allá de lo mucho que se dice sobre la supuesta apatía de los jóvenes ante los asuntos públicos, la juventud...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR