David Gómez-Álvarez / APPs: traje a la medida

AutorDavid Gómez-Álvarez

La cambiante relación entre el gobernador Alfaro y el presidente López Obrador ha oscilado entre descalificaciones recíprocas y elogios mutuos. El último episodio de esta saga fue de concordia: cuando ambos anunciaron recursos para la construcción de la Línea 4 del Tren Ligero y las obras para concluir la presa El Zapotillo. Que el mismo Presidente haya anunciado apoyos federales para estas obras es, en principio, una buena noticia para Jalisco. Alfaro abandonó su propia idea de abandonar el Pacto fiscal a cambio de recursos. Al final resultó más redituable la negociación política que la retórica federalista.

La alternativa más ortodoxa para financiar infraestructura sigue siendo la deuda pública. En tal sentido, el gobierno de Jalisco ha contratado, entre créditos y arrendamientos, casi 12 mil millones de pesos de deuda en tres años. Y por si eso fuera poco, el presupuesto estatal ha crecido en más de 20 por ciento en términos reales, lo cual equivale a 23 mil millones de pesos adicionales para este mismo periodo. ¿Cómo y en qué se han ejercido los cerca de 35 mil millones de pesos de incremento que ha obtenido Jalisco en esta administración? Contrario a la retórica federalista que denunciaba un mal trato fiscal, Jalisco es una de las entidades que más presupuesto ha ejercido en lo que va de la administración de López Obrador. Los fríos números contrastan con los encendidos discursos.

Sin la posibilidad de endeudar más a Jalisco y siendo insuficientes los recursos ofrecidos por el Presidente, el gobernador tuvo que echar mano de las Asociaciones Público-Privadas (APPs) para incluir a un tercer socio: el sector privado. La controvertida figura de las APPs tuvo su auge a finales del siglo pasado cuando, a falta de recursos fiscales, muchos gobiernos alrededor del mundo se asociaron con empresas privadas para financiar obras públicas a largo plazo. Los resultados globales son tan agrios como híbridos: hay tantos casos de éxito como los hay de fracasos.

Una de las falacias que justifican las APPs es que no cuestan al erario, sino que el riesgo es para los inversionistas...

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