David Faitelson / Los 'Juegos de la luz'

AutorDavid Faitelson

Esta noche, cuando vayamos a dormir, el sol se estará deslizando sobre la Torre Eiffel. El jardín de las Tullerías comenzará a sentir la suave brisa de la primavera y el Sena generará destellos mágicos mientras las campanas de Notre Dame insinuarán su frenético deseo de repicar nuevamente. Solo 100 días nos separaran de la gran fiesta deportiva y quizá del ultimo vestigio de que la humanidad puede juntarse, convivir y hasta competir con cabalidad. Paris 2024, esta a la vista... Nada, ningún otro evento me ha marcado tanto como periodista que los Juegos Olímpicos. Tengo la fortuna de haber cubierto todos -en persona- desde que era un adolescente en Seúl 1988 y hasta los extraordinarios Juegos de Río de Janeiro en el 2016. La pandemia se interpuso con mis sueños en el 2020, que termino siendo 2021, unos juegos en Tokio sin público, sin alma, sin color, sin luz y con los atletas compitiendo valiente y cabalmente en silencio. Con los tanques rusos apostándose sobre la Rivera del Dnieper, los drones expulsados desde Teherán iluminando de miedo el cielo de Tel Aviv y una Franja de Gaza sumida en la desolación y la muerte, el mundo se concederá un lujo, excesivo, incosteable, maravilloso: Reunir a ucranianos y rusos, israelíes y árabes, más de 15 mil atletas de 206 países -más naciones incluso de las que reconoce la ONU- un equipo de "refugiados" y la idea clara y permanente que de que "los aros" pueden generar una magia que ninguna otra intención y fuerza son capaces de generar en estos tiempos tan convulsos. Sí y también no, los Juegos Olímpicos han dejado de basarse en el lejano pensamiento del Barón Pierre de Coubertin, donde lo importante era competir y no necesariamente ganar. Hoy, la excelsitud del deporte genera una alta demanda y competencia en todas las disciplinas. El llamado amateurismo se ha disipado y quedan pocos, muy pocos, senderos de romanticismo donde el atleta compite por, llamémosle, "amor al deporte", pero, dentro de esa inclusión necesaria que tiene el movimiento olímpico internacional, habrá deportistas que asistirán a Paris a buscar sus propias metas, tiempos, marcas, hazañas...

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