David Shields/ Cadereyta, falta de transparencia

AutorDavid Shields

Siguen inconclusas, con más de un año de retraso, algunas de las obras de modernización de la refinería de Cadereyta. A los problemas de incumplimiento ya ventilados en los medios se agrega la acusación reciente, por parte de Diputados del PRD y del PAN, de que es irregular el convenio de culminación del Proyecto Cadereyta, suscrito por Petróleos Mexicanos, Pemex y el consorcio coreano-alemán Conproca (Sunkyong-Siemens) en abril pasado.

Básicamente son dos las obras inconclusas: la coquizadora, que es la planta base de la reconfiguración de la refinería, y un tramo del oleoducto Nuevo Teapa-Cadereyta. En ambos casos, parece que los problemas aún van para largo. Por el lado positivo, los trabajos de construcción y rehabilitación de unas 20 plantas, a cargo de Conproca, ya están listos, aunque no todas esas plantas operan a plena capacidad por la falta de los insumos que brindaría la coquizadora.

Las obras de la coquizadora no forman parte del llamado Proyecto Cadereyta, a cargo de Conproca, sino que fueron adjudicadas por separado, primero a Protexa y luego a Tribasa, pero ambas compañías incumplieron. Ahora, Pemex-Refinación debe volver a licitar el proyecto, o bien solicitar autorizaciones para que la terminación de la obra se realice por administración directa. Será un proceso tardado, en cualquiera de los dos casos.

Falta tender varios tramos del oleoducto -unos 35 kilómetros en total- en el estado de Veracruz, ya que Pemex no ha logrado negociar los derechos de vía con los propietarios de los terrenos. Al parecer, habrá que recurrir a los decretos de expropiación, lo cual también será tardado. El problema operativo de cómo bombear el crudo Maya desde el sureste a las refinerías de Madero y Cadereyta ha sido solucionado, en forma provisional, haciendo un loop para redireccionar el crudo por un tramo del viejo oleoducto.

Lo que, al parecer, más preocupa a los Diputados es que el convenio de culminación firmado por Pemex y Conproca pudiera ser irregular, generando una deuda irregular para el Estado, porque implica que se están generando pagos antes de que la obra haya sido terminada en cien por ciento. Bajo el esquema de Pidiregas, se supone que la terminación de la obra es la condición para que se realicen los primeros pagos.

Según Raúl Muñoz Leos, director general de Pemex, la paraestatal tuvo que conciliar intereses con Conproca y firmar dicho convenio para evitar la recisión del contrato, lo cual habría obligado a Pemex al pago de los...

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