Darle nombre es ciencia y arte

AutorDavid Loji

Seleccionar el nombre de un vehículo es un punto muy importante y también delicado, pues una mala elección puede condenar al fracaso a un buen producto.

La armadora Tata de la India a inicios del año tuvo que cambiar la denominación de un nuevo modelo, pues el auto se iba a llamar Zica. El problema es que fonéticamente era igual al nombre de la enfermedad.

Grupo Reforma entrevistó a Jean Liu-Barnocki, Directora de Administración Global de la marca Chevrolet y Randal Fox, Gerente de Comunicación Global de Chevrolet.

A continuación le presentamos esta conversación:

¿Podrían explicarnos el proceso de encontrar el nombre de un vehículo?

Es muy delicado, pues no solo se trata de designaciones, sino que es una decisión de negocios. Es una fusión de arte y ciencia. El primer punto que se considera, es que el apelativo debe encajar bien con la marca.

Si usted viera a la marca como una persona, entonces tendría que tener valores, conducta y características. La designación de cualquiera de nuestros productos Chevrolet necesita ajustar y sentirse congruente.

Para que esto suceda, debe ser auténtica, tener mucha confianza en sí misma, ser muy optimista y joven de corazón.

El segundo punto es que debe ajustar con el cliente. Debemos ver quien es el cliente con quien vamos a tener esta relación, para que podamos desarrollar un nombre que se identifique con él y que represente a la marca.

El tercer punto es que debemos entender cómo vamos a posicionar el producto: ¿Es un auto o una camioneta SUV? ¿O es una pick-up? ¿Es un vehículo familiar o va orientado a los Millennials que buscan conectividad?

Debemos entender el producto y su posicionamiento.

El cuarto punto, es que especialmente en productos globales, debemos encontrar un nombre que funcione en todos los mercados donde el vehículo se venderá. Lingüísticamente en muchos de los países, el inglés no es el primer lenguaje, así que debemos encontrar una designación en este idioma, que sea fácil de pronunciar y lo más corto posible.

Además debemos asegurarnos que esta palabra no tenga un mal significado en otras culturas.

El quinto punto es que debemos asegurarnos de que podamos ser dueños de este nombre y registrarlo en los mercados donde venderemos este producto. Digo esto porque para una marca global como Chevrolet, que se vende en más de 100 mercados, es increíblemente difícil encontrar una designación que esté disponible en todos los países donde comercializamos.

Por lo general tenemos entre 200 y 300...

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