Entrevista/ Daniel Sada/ 'La literatura es más compleja que el cine'

AutorLeonardo Tarifeño

A Daniel Sada no le interesa mucho el cine ("sólo lo entiendo como un entretenimiento") ni espera algún estreno con ansiedad ("por lo general, salgo un poco abatido de la sala"), pero el destino de su novela Una de dos lo ha convertido en el guionista de una de las películas mexicanas más esperadas del año. Y para salir satisfecho de esa experiencia ajena a su pasión literaria, invirtió un promedio de tres horas diarias de discusiones con el director, le agregó el doble de personajes a la historia original y rechazó tajantemente que las protagonistas se desnudaran. Tras esas y otras batallas, el autor se siente "contento" con el resultado final. Pero mantiene sus reservas hacia el séptimo arte.

"El cine se nutre de una idea muy básica de la trama; en cambio, aunque una novela sea mala, la ficción siempre da más elementos de reflexión, motivación y percepción", asegura, ya con la autoridad que le dá haber adaptado su obra para la versión cinematográfica de Marcel Sisniega.

Publicada originalmente en 1994, Una de dos narra el amor provinciano de dos gemelas con un forastero, al que engañan tras un intercambio perverso e inocente a la vez.

Según Sada, se trata de una anécdota "pudibunda", que le provocó más de un dolor de cabeza a la hora de desnudarla sobre la pantalla grande.

"En el cine, el espectador no tiene oportunidad de relajación; pero en una novela, la intriga siempre se puede atenuar, o distorsionar, para luego jugar con otro tipo de alternativas que desemboquen en un suceso dramático", explica.

- ¿Es de los autores que le dan libertad al director o de aquellos que luchan por conservar el espíritu de la novela?

A mí me interesa que el espíritu de la novela se conserve. Y que no se altere la trama; por eso quise participar en el guión y la adaptación de Una de dos.

- Pero por respetar una buena novela se puede hacer una mala película.

Ese es el límite.

-¿Cómo se hace para no traspasar ese límite?

Teniendo claro que se trata de una adaptación, no una copia. Evidentemente, en una novela hay zonas de reflexión que no sirven para la progresión dramática. Y eso, en cine, es imperdonable. En el cine siempre debe haber progresión dramática. No puede haber zonas muertas, ni especulaciones, ni disquisiciones alrededor de los personajes. El cine, al estar compuesto por escenas, depende de lo anecdótico; y la literatura no es así.

-Pero ese cine del que habla es el hollywoodense. Las películas independientes de Jim Jarmusch, Todd Solondz o Aki...

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