Dan creadores su visión del 11 - S

AutorSergio R. Blanco

Reflexionar a través del arte sobre el clima bélico que envuelve al mundo desde los atentados del 11 de septiembre del 2001 en Nueva York implica adoptar una postura crítica ante una guerra que no termina, afirma el artista plástico Gabriel Macotela (Guadalajara, 1954).

Reunidos en la muestra El éxito de la guerra -título sarcástico ideado por Macotela-, 27 creadores mexicanos exponen su repudio hacia un inicio de milenio sembrado de muerte y enmarcado por la figura "abominable" de George W. Bush.

"La muestra es una reflexión sobre las guerras que estamos viviendo: Afganistán, Colombia, Palestina. Pero está más centrada en la guerra de Iraq y en un repudio a Bush muy claro: su política, cómo está regresando la intolerancia y la derecha, y cómo ha creado una mezcla realmente explosiva de religión y fanatismo", explica Macotela.

El coordinador de la exposición, que tras fraguarse durante más de un año se inaugura el 2 de febrero en el Museo Universitario del Chopo, aclara que la intención no es demonizar al reelecto Presidente de Estados Unidos.

El fin, dice, es denunciar un siglo en el que están creciendo los tumores heredados de la anterior centuria. El racismo, la intolerancia, el sida, las limpiezas étnicas y la pobreza son moneda de cambio en un mundo donde los intereses económicos han sustituido a la política, y en el que las masacres se han convertido en un fenómeno mediático.

"La guerra de Iraq fue televisada como si fuera una diversión, como un juego, un éxito, y nos lo hicieron ver así. Hasta los niños fueron testigos de la guerra en televisión, sujetos a la manipulación de los medios, y Bush hablando de Dios es una cosa peligrosísima", señala el pintor abstracto y escultor.

Arma reflexiva

Macotela imagina una ciudad de apariencia metálica y contaminada, que emerge de un océano de petróleo, en lo que parece una simbiosis de una refinería y un templo y remite a un desenlace apocalíptico para el mundo.

Construida con piezas policromadas de Lego coronadas por esculturas de naves y misiles, esta instalación de corte futurista aún sin nombre vaticina las guerras que se producen en un planeta que busca hacerse de petróleo a cualquier precio.

La lucha por el oro negro se encuentra latente en varios trabajos. La pieza El arma química, de Néstor Quiñones (1967), presenta un teorema donde las igualdades matemáticas expresan que Estados Unidos destruye todas las culturas sumando al uso de una tecnología avanzada su necesidad de petróleo.

"Bajo...

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