Dan sepultura a niño

AutorLuis F. Brito

El coraje por el atropellamiento de Eduardo Gutiérrez Rivas y la indignación frente a la injusticia de las autoridades ministeriales no tuvieron cabida ayer ante el dolor que los pobladores de San Andrés Totoltepec experimentaron durante el sepelio del menor.

De nueva cuenta cientos de habitantes del pueblo, localizado en Tlalpan, salieron a las calles para sumarse a los familiares del niño de 7 años, arrollado el miércoles 17 por un automovilista ebrio sobre un acotamiento de la carretera federal México-Cuernavaca, a unos metros de su hogar.

Como el lunes, cuando unas 300 personas bloquearon la vía de comunicación, los vecinos volvieron a exigir a las autoridades que el automovilista responsable sea aprehendido, aunque cambiaron las pancartas y mantas por flores, y lágrimas en los ojos.

Cuando el féretro blanco del menor salió del domicilio de la familia Gutiérrez, alrededor de 250 personas aguardaban para realizar el cortejo fúnebre.

Los acordes del son de los Chinelos, interpretado por la banda local, marcó la pauta para que iniciara el viaje de Eduardo hacia la Parroquia de San Andrés Apóstol, en el centro del pueblo.

La música no fue al azar, era el son que más le gustaba bailar al estudiante de segundo grado de primaria, quien falleció el pasado miércoles luego de tener muerte cerebral en el Hospital Pediátrico de Legaria.

Y la banda Chirindonga lo tocó hasta las puertas de la iglesia, mientras decenas de personas se adherían con...

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