Dan forma al Otoño-Invierno
| Autor | Esther Garcilita, Beatriz Velasco, Lupita Aguilar y Fernando Toledo |
MURAL / Redacción
MÉXICO.- Del 19 al 23 de abril, el DF recibió la edición número 11 de Fashion Week México.
Ahí, con un promedio de cinco pasarelas diarias, se dieron cita diseñadores y firmas mexicanos y algunos extranjeros para mostrar lo que han decidido que será la moda para este otoño e invierno.
Las propuestas fueron variables, pero hubo algunas constantes: colores vibrantes y vivos, cuellos de tortuga, telas satinadas, un regreso a lo ochentero, el uso de la mezclilla y cortes asimétricos.
El primero de los desfiles fue el de los debutantes, llamado Fashion Forward, donde jóvenes promesas del diseño seleccionadas por Ana Fusoni, experta por décadas en impulsar nuevos talentos, mostraron sus ideas.
Estuvo conformado por Ana Ivonne Estrada, quien mostró diseños victorianos y góticos; Daniela Aboumrad, quien se inspiró en los años 50 con elementos de los 80; Tadeo González Errasti, con combinaciones en dorado, blanco y negro con detalles rojos en tops strapless y vestidos columna en telas satinadas acompañados de pieles blancas.
Ipal dio una propuesta atrevida con minifaldas y minivestidos con mallas de red, muchos brillos, cadenas y mezclilla deslavada, complementado con estolas de peluche de colores eléctricos y abrigos de plástico.
Después siguieron los profesionales.
Pepa Pombo y su sello característico: cintillas mexicanas artesanales trabajadas en Colombia, cuello mao y de tortuga, flecos en faldas y blusas y colores blanco, marfil y café contrastados con verde, magenta y rojo.
León Felipe y Alessandro Alviani, radicados en Milán, trajeron la vanguardia con cortes asimétricos y sobreposición de prendas y sus modelos desfilaron con pasamontañas.
Esteban Cortázar, de 19 años de edad, sorprendió con la limpieza, la elegancia y el impecable corte de sus creaciones, sobre todo en telas satinadas y tonos brillantes.
Gerardo Dragonetti, argentino, trajo estampados, flores, influencia oriental, anchas mangas y texturas en satín, acompañados con incrustaciones de cristal.
Nélyda Acosta se arriesgó en cortes y acabados con textiles artesanales y combinación de texturas y mezclilla, y le dio feminidad a la ropa masculina de la mujer contemporánea.
Blanca Estela Sánchez dejó la alta costura y presentó una colección prêt-à-porter, inspirada en Brujas y Bruselas. Usó raso, seda, satín y acetatos.
Leonisa, la firma de lencería, enseñó su creación inspirada en las siete maravillas del mundo.
El brasileño Walter Rodrigues debutó en...
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