Dan clase en aulas lejanas
| Autor | Imelda Robles |
En Nuevo León hay comunidades alejadas que no puede cubrir el sistema educativo regular. Ahí entra el Consejo Nacional de Fomento Educativo con el apoyo de más de 600 jóvenes instructores comunitarios. Hoy en el Día del Maestro, conoce a tres de ellos que tienen la misión de asegurar que los niños de zonas rurales reciban los beneficios de la educación básica.
Lleva lección a la montaña
Perla Guadalupe martínez
-Comunidad Benito Juárez, Iturbide
Imelda Robles
Tras atravesar ríos, caminos estrechos y rocosos por los que casi es imposible cruzar en vehículo se llega a la comunidad Benito Juárez, en Iturbide, en lo más alto de la montaña.
Menos de 100 personas viven en ese gran paisaje verde donde se respira un aire fresco. Hay una decena de casas de madera y lámina, y la luz eléctrica no ha llegado.
Desde la cabecera municipal de Iturbide, el recorrido para llegar ahí es de casi tres horas.
A pocos metros de la entrada a la comunidad está la Escuela Preescolar y Primaria Comunitaria Multigrado Benito Juárez, del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe), cercada por una reja de alambre con tres pequeños salones, dos en desuso.
En agosto estrenaron la nueva aula, limpia y con paredes blancas, decorada con cartulinas coloridas y un cuadro de Benito Juárez.
Ocho niños toman clases; seis de primaria y dos de preescolar. La instructora es Perla Guadalupe Martínez de la Rosa, de 23 años.
"Lo que hago me hace sentir bien por ellos porque algunos no tienen los recursos para ir hasta la cabecera municipal (a estudiar)", platica Perla, originaria de Iturbide y quien estudió hasta el bachillerato en el Cecyte.
Las ganas de ayudar la motivaron a incorporarse al Conafe, pese a que al principio su esposo no estuvo de acuerdo porque ella tendría que vivir de lunes a viernes en Benito Juárez, y sólo los fines de semana regresar a su casa en la cabecera municipal.
"Quiero hacer algo (por ellos), pero hacerlo bien, si van a aprender poquito, pero que lo aprendan bien", expresa Perla, mamá de Miguel, de 3 años.
Al mes su pago es de mil 950 pesos.
"Siempre los motivo para que le echen ganas mientras estamos aquí porque ya luego se tienen que ir terminando la primaria a Iturbide porque aquí no hay secundaria; quiero que sean responsables. Actualmente la mayoría sólo estudia hasta secundaria".
Pese a tener pocos libros de texto, falta de libretas, lápices y marcadores, los niños salen corriendo de sus casas para ir a la escuela, y nunca faltan, afirma Perla.
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