Dan a 13 reclusas libertad anticipada

Ellas no dejaron herencia, con bolsas que cargaban sobre los hombros, 13 internas salieron de la cárcel con la boleta de su libertad anticipada en la mano.

Sus compañeras de prisión las despidieron en los pasillos, aguardaban su paso afuera del auditorio del Centro Femenil de Readaptación Social de Tepepan, era el último abrazo, el último beso, antes de reunirse con sus familias a las puertas del penal.

Doña Estela estuvo seis años encarcelada, fue acusada del homicidio de un familiar, ella argumentó que nunca tuvo la intención de cometerlo y el juez le creyó al sentenciarla a 11 años de prisión.

"Fueron las circunstancias en las que defendí a mi sobrina de los golpes de su esposo, por eso me sentenciaron por homicidio simple", comentó a su salida.

Para la mujer de apenas 50 años de edad, con cinco hijas y varios nietos, la cárcel fue un internado en el que aprendió a leer y escribir, ahí también consiguió el certificado de primaria y secundaria.

"La cárcel yo la puedo llamar como un internado porque en este espacio aprendí a leer y escribir, en el (Reclusorio) Oriente saqué mi certificado de primaria, aquí en Tepepan saqué el de secundaria", dijo.

Doña Estela formó en este tiempo amistades y una familia prestada con la que compartió bromas, alegrías, tristezas, carencias y llanto, sentimientos encontrados que quedaron guardados dentro de su celda.

Nunca fue aprensiva con las cosas materiales, pero cuando en la cárcel no tiene nada, lo poco que reúnen desean conservarlo, fue así que a Carolina le dejó únicamente los utensilios de cocina que reunió en los últimos seis años.

"Yo le dejé...

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