Y los damnificados...

AutorÉrika Hernández

A casi cuatro meses de que el Presidente prometió recursos a los refugios para mujeres víctimas de violencia, éstos aún no los reciben. Mientras tanto operan con donaciones.

Los refugios de mujeres

Los refugios para mujeres víctimas de violencia entraron en un viacrucis.

Pese a que el 6 de marzo, el Presidente Andrés Manuel López Obrador ofreció entregarles recursos, el dinero todavía no llega.

Los refugios firmaron un convenio con el Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva (CNEGSR) para tener fondos, sin embargo les advirtieron que tendrán una reducción de 20 por ciento con respecto a lo que recibían en 2018.

Mientras se soluciona la transferencia de fondos, estos lugares de acogida operan con los donativos de organizaciones internacionales o particulares.

"La situación se vuelve crítica porque los primeros cuatro meses del año se trabaja con donaciones, nos regalan agua, alimentos, medicinas, materiales, y los profesionistas o expertos son voluntarios.

"No podemos seguir voluntariamente trabajando, y no podemos seguir ampliando nuestros servicios. Si no se liberan pronto estarían en riesgo varias cosas, algunos comenzaron a operar al 50 por ciento de su capacidad para dar una atención de calidad y oportuna, pero después subirían al 70 por ciento hasta cerrar", advirtió la coordinadora de la Red Nacional de Refugios (RNR), Wendy Figueroa.

Tradicionalmente, el apoyo económico que recibían los refugios abarcaba de mayo a diciembre, por lo que ahora hay un retraso de casi dos meses. Su esquema de financiamiento es un 80 por ciento gubernamental y 20 por ciento particular.

Todos los días, a los centros de la Red Nacional de Refugios llegan mujeres con historias dramáticas: fueron rociadas con ácido, intentaron ahorcarlas o ahogarlas con una bolsa de plástico o en agua, heridas por disparo, con heridas de impacto o quemaduras en partes íntimas.

Sandra salió de la regadera y se encontró con el puño de un encapuchado que le destrozó el rostro. Fue su pareja, quien la dejó inconsciente y más tarde regresó como si él no hubiera sido.

"Lo que vemos es que los agresores quieren marcar de por vida a las mujeres, no sólo quitarles la vida, sino que todo el tiempo se acuerden de ellos. La impunidad nos está reflejando las formas extremas e inhumanas", considera Figueroa.

Lulú, psicoterapeuta de uno de los refugios, asegura que un gran número de mujeres llega con psicosis, por la violencia emocional a la que estuvieron sometidas.

"Es un...

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