Da voz al orgullo Morganna Love

AutorFrancisco Morales V.

Morganna Love habla de las arias para soprano como si fueran caramelos. Durante años, este gusto, al que dedica horas de estudio, se miraba como una posibilidad distante.

"Ahora me puedo engolosinar con todas esas arias que siempre quise cantar", celebra.

La sala del pequeño departamento donde atiende la entrevista está iluminada por un sol plácido, como su vida en estos días. Cesó la tormenta.

Love debutará en el Teatro de la Ciudad el viernes con el repertorio que siempre ha deseado. Y con el cuerpo correcto. Recuerda que la primera y única vez que pisó ese escenario se referían a ella como Saúl y su tesitura era de contratenor.

"Empecé cantando ópera porque era lo único que aliviaba dentro de mí este sentimiento de no pertenecer a ningún lado y de que todo mundo me hacía bullying y me agredía", confía la soprano.

Made in Bangkok, documental de Flavio Florencio, cuenta su historia: en 2012, viajó a Tailandia para participar en el concurso para mujeres transgénero Miss International Queen, que deseaba ganar para poder pagarse una costosísima operación de reasignación de sexo.

La cantante, quien pasó por el Conservatorio Nacional de Música interpretando el repertorio barroco de contratenor, originalmente escrito para los castrati, se lo jugó todo en aquella interpretación de Bésame mucho ante los jueces del certamen.

No se hizo con la corona, pero su voz conmovió tanto al cirujano tailandés Preecha Tiewtranon, especialista en su operación, que la intervino gratuitamente.

Ahora, como una mujer trans plena, ha podido entregarse al repertorio de arias para soprano.

"Siempre me dieron ganas de cantarlas", sonríe. "Cuando veía a mis amigas en el conservatorio cantar sus arias, a las sopranos, a las mezzos, yo pensaba: 'Quiero cantarlas', pero, como era contratenor, se suponía que no podía".

En eso tuvo suerte. Como su voz no cambió al entrar a la pubertad, la transición de una tesitura a otra, incluso después de la resignación de sexo, fue tersa, natural.

A veces, desde el sector más tradicionalista del mundo de la ópera, le sugieren que cometió un error al dejar la codiciada tesitura de contratenor.

"La gente que dice que no debí de haber hecho el cambio, que debí quedarme como contratenor, realmente no sabe que yo ahora soy una mujer plena y antes no lo era", declara con firmeza.

La vida es otra, y sus proyectos, amplísimos.

"De repente me quiero meter con el aria de la locura de...

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