D'ARTE / El robo de obras de arte

AutorRocío Castelo

Dentro del mundo de los "negocios ilícitos" las tres categorías acreditadas como más redituables son: el tráfico de armas, la venta de drogas y el robo de arte y antigüedades. Como no cuento con monografías o tablas de ingresos para ubicar dentro del mundo de la delincuencia a los irrefutables "negocios" realizados por políticos corruptos, que seguramente desbancarían a los tres deshonrosos primeros lugares, mi columna la dedicaré solo al robo de arte.

Hay datos oficiales de la policía mundial en los que se habla de un movimiento anual de entre 2 y 3 billones de dólares en este tipo de "negocios". En países como Italia, donde se llevan registros de las denuncias, son entre 20 y 30 mil las piezas sustraídas cada año. Los robos se cometen de diversas maneras: aprovechando la falta de seguridad de algunos museos, galerías o casas particulares; a mano armada amenazando a los visitantes de instituciones, frente a atónitos guardias, como sucedió en el 2004 cuando se llevaron "El Grito" y " La Madona" de Eduard Munch, de su museo en Noruega.

Las guerras han sido por siglos y siguen siendo causa de destrucción de arte y de calculado y seleccionado latrocinio de piezas valiosas. Recordemos en la Catedral de San Marcos, en Venecia, los cuatro caballos obtenidos como botín proveniente de la antigua Constantinopla o los saqueos de las tropas de Napoleón en los lugares invadidos para escoger, lo que debiera ser llevado a París para la creación de un museo.

También recordarán las minas de sal y las bóvedas del Reichsbank que contenían miles de obras arte fruto del espolio cometido por los nazis contra museos, galerías y domicilios particulares de personas de raza judía o de coleccionistas...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR