Custodio de la historia

AutorFrancisco Morales V.

El historiador Salvador Rueda Smithers lo plantea cual acertijo: ¿Qué tiene que ver la palabra "eslabón" con la muerte de José María Morelos?

"Ése es el chiste de las cosas que hay que descubrir acá", dice el director del Museo Nacional de Historia (MNH) desde uno de los tres depósitos del recinto que resguardan los tesoros ocultos de la Patria.

Sobre una mesa, ante sí, descansan la espada, el crucifijo y el breviario que le fueron inseparables al "Siervo de la Nación" durante su pugna por la Independencia.

"Las palabras ya no significan lo mismo", adelanta Rueda Smithers, todavía fascinado por los códigos secretos y las historias más inverosímiles de los objetos bajo resguardo del museo que hoy, 27 de septiembre, cumple 75 años de su fundación.

El Castillo de Chapultepec, sede del recinto museográfico, tan sólo tiene exhibidas en sus salas 6 mil de las 104 mil piezas que custodia. Y la cifra es elocuente.

En los últimos 15 días, que estuvieron atravesados por las fiestas patrias, 250 mil personas recorrieron los pasillos, jardines y salas del castillo. Pero, sin saberlo, los visitantes apenas pudieron atisbar una pizca de los objetos históricos del recinto.

"El alma del museo es las posibilidades del resguardo, del resguardo de los pequeños universos que se esconden en cada pieza", declara Rueda Smithers.

En el área de tránsito del depósito de la planta alta -cuya ubicación exacta no puede revelarse por motivos de seguridad- las manos expertas de los restauradores preparan los embalajes para enviar intactas las pertenencias de Morelos a Michoacán para la celebración del aniversario 254 de su natalicio.

Colgada en una base, la casaca gallarda del insurgente da una idea de las dimensiones del hombre. El crucifijo, que lleva a los pies de Cristo la calavera de Adán, fue lo último que Morelos sostuvo en vida, apretado contra su pecho, al momento de su fusilamiento.

Eso, y su "eslabón": un artefacto de hierro, común para la época, diseñado para chocarse con un pedernal y soltar una chispa como aquella con la que, casi en sus últimos momentos, se encendió el último cigarro que el prócer se llevó a la boca.

A pocos pasos de donde se encuentra la indumentaria del héroe, un cajón lleno de eslabones, testigos de la cotidianidad de otra época, relacionan a la figura patria con su contexto más pueril.

En los depósitos del museo, los objetos tienen, siempre, estos diálogos entre sí. Inclusive a través de las épocas.

Gracias a un cuidadoso sistema de...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR