Cupido desatado

AutorEmilio de la Cruz

Fotos y textos: Emilio de la Cruz

Los parques citadinos se convierten en uno de los refugios predilectos de los enamorados. A pesar de ser un espacio público, los novios crean una atmósfera de intimidad en la que no les importa ser vistos.

La pasión del amor se transforma en un placer del que ambos participan: un mirada de complicidad, un beso apasionado, una caricia inesperada, un suspiro profundo, un susurro provocador o un abrazo reconciliador. Son momentos únicos e irrepetibles de los que todos alguna vez han sido protagonistas y testigos.

Las parejas se entrelazan en cualquier rincón para entregarse lo mejor de sí.

De esta manera, los parques son testigos permanentes de historias que se entretejen en las bancas, el pasto o el tronco de un árbol, sin que sea necesario que llegue San Valentín para hacer de las suyas.

Comentarios y sugerencias: fotorreportajes@mural.com

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