Cuna de vinos versátiles

AutorÁngel Rivas

MURAL/ Enviado

Curicó, Chile.- A 200 kilómetros al suroeste de Santiago existe una especie de laboratorio cuyo objetivo es obtener el mejor vino. Se experimenta y se desarrolla el aprovechamiento de terrenos y la mejor combinación de uvas.

Tras cada botella de vino existen procesos inimaginables y los enólogos y bodegueros emprenden una carrera para mantenerse a la vanguardia.

Así, Miguel Torres, uno de los más reconocidos enólogos y viticultores del mundo, decidió buscar terrenos fuera del Valle de Curicó, zona donde se encuentran las principales bodegas chilenas, y aventurarse a romper con las reglas establecidas para producir vinos premium o súper premium (de alta y muy alta calidad).

Con la ayuda de geólogos españoles encontró dentro del Valle del Maule (al sur de Curicó y alrededor de 300 kilómetros al sur de Santiago) una zona boscosa llamada Fundo Empedrado.

El espacio de 400 hectáreas adquirido hace casi tres años tiene la particularidad de tener una pendiente de 45 grados y subsuelo de pizarra. Este último es un elemento que aporta nutrientes a las uvas y que mejoran significativamente sus propiedades.

Con maquinaria especial creó terrazas sobre la ladera donde cada nivel posibilita sembrar filas de viñedos y al centro un camino permite la entrada de un tractor pequeño.

El agua no es aprovechada de la misma manera por la vid cuando está plantada sobre la pendiente y la erosión de la ladera es más rápida que cuando sobre ella se construyen terrazas.

"Las vides se estresan ya que no reciben suficiente agua (que se escurre hacia las faldas por gravedad) y se riegan cada 15 días. Ya se está trabajando en el riego por goteo que es más controlado.

"Al Fundo Empedrado se trajeron 12 cepas diferentes, de las que muchas plantas aún son pequeñas, para checar su evolución. Todas ellas se deben proteger en su base con bolsas de plástico para guardar la humedad, y que conejos y zorros no hagan estragos", menciona el agrónomo de la bodega, Julio Diez.

La mayoría de estas cepas ya existían en Chile, aunque anteriormente era difícil encontrarlas en conjunto en un mismo viñedo, la Cariñena en especial no era común en este país.

Lo novedoso de las cepas es que las bodegas como Torres apuestan por hacer vinos con todas ellas, se incluyen las tintas Garnacha, Cariñena, Carmenere, Cabernet Sauvignon, Tempranillo, Pinot Noir y las blancas Sauvignon Blanc, Gewürztraminer y Chardonnay, entre otras.

"En el desarrollo de cepas hemos apostado por variedades...

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