La cuna olvidada

AutorKarla Garduño Morán

DOLORES HIDALGO.- El Pasaporte Guanajuato Bicentenario -impulsado por el gobierno del estado- reta al turista a recorrer nueve municipios de la Ruta de la Independencia, visitar los sitios históricos y presenciar los espectáculos conmemorativos.

Dolores Hidalgo es la primera sugerencia de la guía; sin embargo, tres de las cuatro atracciones que se promueven en la llamada Cuna de la Independencia no están funcionando.

En primer lugar se propone una visita a la casa museo de Miguel Hidalgo, pero todavía está cerrada y en remodelación; luego, una visita al museo interactivo multimedia, que todavía no abre; también se invita a presenciar el espectáculo Luces de Historia y Libertad del artista francés Xavier Richemont en la parroquia principal, pero por el momento está suspendido porque el proyector -que costó al municipio un millón de pesos- se descompuso por problemas de voltaje.

A pesar de ser el lugar donde hace 200 años el cura Miguel Hidalgo inició el movimiento de Independencia, en Dolores Hidalgo siguen esperando que llegue la fiesta, y las obras prometidas todavía no concluyen y más que beneficiar a la población la han perjudicado.

"Todo esto debió planearse hace 10 años, no necesita uno venir de Harvard para saberlo, sólo se necesita un poco de sentido común", dice Raquel Barrientos, quien tiene una tienda de ropa y zapatos que no ha podido abrir en una semana debido a las obras en su calle.

San Luis Potosí es una de las calles principales del centro de la cabecera municipal de Dolores Hidalgo; pasa entre la parroquia principal y la casa de Mariano Abasolo, que hasta hace dos meses funcionaba como sede del ayuntamiento. A seis semanas de la conmemoración del Grito de Independencia está cerrada a la circulación por obras de drenaje.

Lo mismo pasa con la calle Michoacán, que atraviesa la plaza principal y que, según cuentan los vecinos, es la tercera vez que está en obras. Primero la cerraron para meter el drenaje pluvial, luego para los registros de agua potable y ahora se trabaja en el adoquinado.

Pero los más afectados con las obras públicas que apenas comenzaron en mayo son los alfareros de la calle José Alfredo Jiménez (otra gloria nacional oriunda del pueblo). El ayuntamiento presume que una vez terminadas las obras, aquello será un corredor artesanal de primera clase, pero por el momento los comerciantes han visto bajar sus ventas hasta en un 60 por ciento. En plenas vacaciones de verano, los turistas que llegan a buscar la típica...

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