Cumplen tres décadas de travesía educativa

AutorJorge Alberto García

Las hazañas de un navegante genovés, cuya perseverancia y lucha contra la adversidad lo llevaron a encontrar un nuevo continente, inspiraron el nombre del Instituto Columbia.

"Columbia es el nombre poético de Cristóbal Colón, el descubridor por excelencia. Estamos en un constante descubrir de cómo servir, aprender y ser mejores", explica Natalia Montemayor de García, socia fundadora del Instituto.

En esta línea, su lema es "El eterno descubrir" y hace años los mismos estudiantes tuvieron la oportunidad de elegir la mascota que los representa, siendo ganador el rey de la selva: el león.

Educar individuos generosos, creativos y emprendedores es su misión.

En octubre del año pasado, la institución celebró con una variedad de actividades sus primeras tres décadas, que culminaron con un convivio y la asistencia de más de 200 ex alumnos.

TRAVESÍA DE TRES DÉCADAS

El Columbia inició actividades en 1982 cuando Patricia Long de Theissen, Alejandra Montemayor Dávila y Natalia Montemayor de García, entonces maestras del American School Foundation of Monterrey, decidieron emprender su propia historia.

En sus primeros días la institución era una casa de tres recámaras rentada sobre Calzada del Valle, en San Pedro. Sólo tenían algunos muebles prestados, dos maestras y 12 alumnos de preescolar.

"Crecimos y ahora podemos decir que han egresado más de 20 generaciones, de hecho tenemos alumnos que son hijos de alumnos de aquella primera generación", recuerda Montemayor de García.

Además de enseñar, la actual directora de primaria recuerda que al principio las socias fundadoras se turnaban para la limpieza del espacio.

"Teníamos mucha demanda porque muchos padres del ASFM nos conocían y metían a su hijo con nosotros mientras les daban lugar allá. Si no había lugar lo dejaban otro año con nosotros", recuerda.

Al ver el ritmo de trabajo del nuevo colegio, muchos padres de familia decidieron dejar a sus hijos en el Columbia para que allí concluyeran sus estudios.

"Los grupos eran pequeños y todos conocíamos a todos. Muchos papás nos comentaron que querían que sus hijos estuvieran en un colegio en el que supieran quién era su hijo", rememora.

Este crecimiento lo llevo a expandirse por la zona del Centrito Valle, donde ocupó dos casas más: una por la calle Río de la Plata y la segunda en Río Grijalba.

"En 1989 se nos presentó la oportunidad de adquirir un terreno en Valle Oriente y a pesar de que no teníamos dinero para comprarlo fuimos con varios bancos hasta que...

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