Cumple 20 meses preso; era inocente

AutorAbel Barajas

Un año y ocho meses después, y con 30 kilos menos de peso, Andrzej Lasota, un capitán polaco de un buque mercante de una empresa noruega acusado de haber traficado 225 kilos de cocaína de Colombia a México, fue absuelto y liberado.

Lasota fue detenido el 27 de julio de 2019 en el puerto de Altamira, Tamaulipas, con dos de sus compatriotas y 22 filipinos que integraban la tripulación del buque granelero UBC Savannah, de bandera chipriota, el cual hasta hoy continúa asegurado por la Fiscalía General de la República (FGR).

La droga iba escondida en un embarque que transportaba 16 mil toneladas de coque -un carbón empleado en procesos de fundición metalúrgica-, adquiridas por Minera Autlán.

Apenas cuatro días antes del decomiso, el buque había partido de Barranquilla, Colombia.

Desde un primer momento, este caso se convirtió en uno de los procesos judiciales con mayor participación internacional, ya que intervino personal de las embajadas de Filipinas, Noruega, Chipre y Polonia, así como peritos en navegación marítima del Reino Unido.

La tarde del pasado viernes, el capitán abandonó el Penal Federal de El Rincón, en Nayarit, luego de que Óscar Saúl Cortés Ortiz, juez constituido en tribunal de enjuiciamiento, le dictara la sentencia absolutoria por delitos contra la salud.

El juzgador del Centro de Justicia Penal Federal en Ciudad Victoria, Tamaulipas, concluyó que la FGR no pudo acreditar que Lasota tuviera conocimiento de la existencia de la droga y que, por tanto, hubiese actuado dolosamente.

Más aún, desde la etapa intermedia del proceso, la Fiscalía admitió -como parte de los acuerdos probatorios- que cuando le dieron aviso al capitán de la presencia de bultos sospechosos, lo primero que hizo fue detener las operaciones de descarga y dar aviso al agente consignatario.

Los abogados Gerardo Ostos Rincón Gallardo y Enrique Ostos Garza acreditaron también que la colocación de la carga al interior de las bodegas del barco no las realizó el capitán, sino los estibadores que dependen del puerto.

De 64 años de edad, con 30 años de experiencia en la navegación y con padecimientos de diabetes e hipertensión, Lasota fue el último miembro de la tripulación en conseguir su libertad, luego de 20 meses en un penal de alta seguridad.

Cuando en julio de 2019 les ejecutaron la orden de aprehensión, los ciudadanos polacos y filipinos estuvieron casi un mes presos sin una audiencia de imputación, debido a la dificultad para encontrar...

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