La Cultura de la Paz, Mediación Familiar

Fecha de publicación09 Julio 2019
AutorPascualHernández Mergoldd

Una de las instituciones más importantes es la familia, no es casual que se le reconozca como la célula de la sociedad.

Dentro de la familia, como en toda organización, pueden generarse conflictos de diversos tipos, varios de ellos de carácter legal que, en algunos casos, para su resolución, es conveniente y aún necesaria la intervención de un tercero imparcial capacitado y certificado quien se convierte en un facilitador, en el conducto para que las partes involucradas, se comuniquen de forma adecuada y puedan llegar a acuerdos respecto de sus diferencias. Ese profesional que asiste a las partes en conflicto en su negociación debe ser, preferentemente, un mediador.

En apariencia, los conflictos familiares resueltos por los juzgadores solucionan de fondo la controversia. Esto es parcialmente cierto, ya que ponen punto final a la problemática planteada, desde el punto de vista jurídico, pero no necesariamente resuelven la raíz del conflicto.

La mediación familiar puede definirse como aquella que intenta dirimir controversias que deriven de las relaciones entre personas que se encuentran unidas en matrimonio, concubinato, sociedad de convivencia o, aun cuando no se encuentren en dichos supuestos, tengan hijos en común; entre personas unidas por algún lazo de parentesco por consanguinidad, por afinidad o civil; así como las que surjan de esas relaciones con terceros. La mediación familiar es un medio alternativo de solución de conflictos no jurisdiccional. Tiene sus antecedentes más próximos a mediados de los años setenta en los Estados Unidos de América y Canadá.

Al regular la mediación familiar, el Estado garantiza la protección de la familia y se evita recurrir innecesariamente y en todos los casos a la jurisdicción. La experiencia nos ha mostrado que, en ocasiones, el proceso judicial —institución civilizadora, por definición— puede, paradójicamente, empeorar la relaciones entre los miembros que conforman una familia. En cambio, la mediación proporciona a las partes involucradas las herramientas necesarias para que ellas mismas encuentren soluciones pacíficas, satisfactorias y duraderas a su diferencia de intereses.

La mediación familiar ofrece varias ventajas, ya que independientemente de que las partes arriben o no a acuerdos en la totalidad de los puntos controvertidos, éstas comienzan a responsabilizarse de sus propios actos. En pocas palabras, la mediación es un proceso educativo que fomenta, en la ciudadanía, el diálogo y la...

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