Cultivan La Ciénega y no ganan para vivir

AutorGermán Gachuzo

México y particularmente Jalisco es uno de los lugares conocidos mundialmente por su gran producción de alimentos y productos derivados del campo, sin embargo y en contraste, los campesinos lejos de ser reconocidos por su esfuerzo, hoy pertenecen al grupo de mexicanos que viven en la verdadera extrema pobreza.

Para cientos de agricultores jaliscienses de la zona de La Ciénega de Jalisco, la siembra de maíz ha dejado de ser un negocio, peor aún, ha dejado de ser por lo menos una forma de manutención y de sobrevivencia económica para ellos y sus familias.

Ejemplos los hay muchos, como el caso de la señora Rosario Reyes, originaria del poblado de La Constancia en el Municipio de Zapotlán del Rey, quien a sus 70 años cada seis meses inicia una travesía para poder sembrar, cuidar, fumigar, ver crecer y finalmente cosechar sus milpas, pero todo resulta en vano.

"Pues estaba muy bonita la planta, quere que le diga, pero ya se fue el agua y luego ya valió para pura m...", explicó la septuagenaria, "iba yo y ya me daba tristeza de ver mi milpa tan bonita que estaba ahí y de un rato a otro valió todo".

En la última temporada la mujer sembró sus 6 hectáreas de maíz invirtiendo más de 30 mil pesos en toda la temporada, desde junio de este año; hoy, seis meses después, sólo pudo recuperar 21 mil 760 pesos por las 17 toneladas de maíz que le fueron pagadas por los comerciantes del grano a mil 280 pesos cada una.

"Me fue tan bien que no hallo ni qué hierbas cocer porque no tengo ni pa1/2 pagar, me van a meter al bote, pero al cabo ya se viene ahorita la cuaresma y ya hace calor, ya no voy a tener frío ahí en donde me metan", refirió con resignación.

Reyes enviudó en 1974 y desde ese año vive con su hijo de 36 años que tampoco sale de pobre porque vive de la misma siembra.

Y aunque había el acuerdo de parte del Gobierno estatal y federal de apoyar a los campesinos con 100 millones de pesos para que la tonelada de maíz les fuera pagada a mil 400 pesos y no a mil 280, este acuerdo quedó en el olvido de los comercializadores del grano, quienes decidieron mantener su precio en 1.28 pesos por kilo, lo que agudiza la situación de muchos productores.

"Anda uno rogando, es lo que me cae más gordo, que ande uno rogando con lo de uno", dijo la agricultora.

Adela Tovar, vecina de Rosario Reyes, al igual que un centenar más de habitantes de La Constancia, también sembró sus dos hectáreas al principio de la temporada, en junio, y de ellas sólo pudo recoger 7 toneladas...

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