Cultiva Fabio Morábito estoicismo en su poesía

AutorMariana Islas

No es la primera vez que Fabio Morábito se manifiesta estoico en su poesía.

"Alguien de Lava" (Era, Conaculta 2002) sólo es su más reciente libro, asegura el escritor, pero no el inicio de ejercitar una especie de ayuno escritural que, paradójicamente, es tan complejo o potente o matizado como una escritura cargada de riqueza verbal.

Eso ya lo había procurado en "Lotes Baldíos", ganador del Premio Carlos Pellicer (1985), o en "De Lunes Todo el Año", que obtuvo el Premio Aguascalientes (1991), ambos libros de poesía creados por el escritor nacido en Alejandría en 1955, quien también se ha sumergido en géneros como el cuento, la novela para niños, el ensayo y la traducción.

En cada uno de los textos de "Alguien de Lava", explica el autor, divididos en cinco partes, el verbo o la acción de desentrañar es básica, pero a simple vista puede parecer que se trata de una aseveración un tanto banal.

"Un primer verso de otro de mis poemas 'los columpios no son noticia', es obvio, es decir, son la cosa menos noticiosa, menos espectacular que hay, pero frases como esa a mí me hace pensar que queda algo por desentrañar, detrás de esa aparente banalidad o paradoja o incluso comicidad a veces, hay una verdad secreta que hay que ir en busca de ella y el poema se resuelve en el proceso de esa búsqueda".

Uno de los poemas de este volumen que consolidó con una beca del Sistema Nacional de Creadores, dice, empieza con el verso "los árboles no son de madera".

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