Cuestionan estereotipo de belleza

AutorGeorgina Montalvo

Con un ejercicio que no tomó más de 10 minutos, varias mujeres se atrevieron a "dar forma" a los sentimientos construidos a lo largo de sus 70, 63, 51, 33, 20 y 12 años. Tres respiraciones profundas les permitieron alcanzar la concentración mental necesaria para remitirse a su niñez y recordar: ¿Qué les decían respecto a su apariencia física que las hacía sentir mal?

Pregunta clave que hizo surgir todo tipo de recuerdos: a quienes las señalaban por estar demasiado flacas, por tener los dientes chuecos, por "negras", por "cuatro ojos", o las "chaparritas", "gorditas", calificativos expresados en diminutivo como para tratar de ocultar la ofensa.

Esta dinámica sirvió para redondear la presentación de la Fundación Dove para la Autoestima, cuyo objetivo, explicó Juan José Hurtado, es propiciar entre la población femenina una reflexión sobre los estereotipos de la belleza actual.

Se trata, agregó el presidente, de revertir la inseguridad y la baja autoestima que los estándares de belleza manejados en medios de comunicación y campañas publicitarias provocan en las mujeres.

De hecho, señaló Hurtado, en México sólo 1 por ciento de las mujeres se considera hermosas, según reveló el estudio Más Allá de los Estereotipos: En Reconstrucción de los Cimientos sobre las Creencias Acerca de la Belleza, realizado en 2007 con 3 mil 300 mujeres de entre 15 y 64 años, de 11 países, entre ellos México, Brasil, Argentina y Estados Unidos.

MADRE E HIJA

Tras analizar los resultados, se encontró que la figura materna juega un papel fundamental en la construcción de la autoestima de las hijas.

"La mitad de las mujeres desearon que sus madres les hubiera hablado con más frecuencia sobre su belleza e imagen corporal cuando estaban en crecimiento", comentó Melissa Trouyet, asesora de la fundación.

Con la creación del portal www.porlabellezareal.com.mx, la elaboración del cuaderno de trabajo Tu verdadero yo!, la impartición de conferencias y de talleres de autoestima para madres e hijas es como se ha empezado a cambiar este panorama.

Piedad Martínez, de 37 años y su hija Brenda Isabel Méndez, de 11, participaron en uno de los talleres que la fundación impartió en una primaria pública, y aseguran que la experiencia fue muy emotiva.

"Yo me la paso viendo la...

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