El Cuerpo Escénico: Se va el teatro por la libre

AutorHaydé Murakami

Para asistir a cualquier función cuyo género se anuncie como Teatro del Cuerpo, hay una recomendación pertinente: antes de entrar hay que cerrar los ojos y lograr quitarse de encima cualquier pensamiento que intente imaginar siquiera lo que está a punto de presenciarse. Las razón es simple: nunca se sabe lo que va a verse.

La premisa de los artistas que se dedican a hacer teatro del cuerpo parece sencilla, después de haber notado que el teatro se reducía a dos entidades, espectador-actor, se decidió explorar los infinitos territorios del cuerpo humano, y además extraer el lado teatral de la música, de la luz y del escenario, los otros actores.

"Es una forma más libre de hacer teatro, pero ha sido producto de mucha investigación. Tenemos una historia en cada espectáculo, pero le queda a la gente la libertad de inventarse lo que quiera a partir de ella", explica Quintin Ogier, quien es uno de los tres actores de la compañía francesa Au Cul du Loup, uno de los platos fuertes del VI Encuentro Internacional de Teatro del Cuerpo, El Cuerpo Escénico que hoy concluye en Querétaro y que tendrá presencia en el DF a partir de mañana.

Ogier cuenta que antes no los llamaban para los festivales de danza porque no eran bailarines, ni a los de música, porque había demasiada danza y teatro, pero tampoco a los de teatro, porque parecía más un show de danza o de música.

Ahora todo es diferente, el teatro rebelde ya tiene nombre y las compañías son aplaudidas por todo el mundo, como aclara Ogier.

México parece estar despertando de un letargo que lo mantuvo al margen del desarrollo de esta corriente que levantó la voz desde 1970.

"Quién sabe qué pasó con México, se quedó en un priísmo estético", dice en tono de broma Rubén Ortiz, de la compañía Teatro Gomer y creador del espectáculo La Visita, junto con la compañía austriaca Carpa Theatre, "ahora todos asumen la responsabilidad de su estética".

Se reinventa todos los días

El teatro del cuerpo se fue por la libre y es todo al mismo tiempo (teatro, danza, música, etc.), parecen coincidir los profesionales, es el antiguo teatro que decidió empujar sus límites hasta las fronteras con otras artes y las invitó a su fiesta.

"No es un teatro alternativo, ni de aburrición intelectual, pero tampoco simplón, no se parece a Broadway, al verso español o al canal de las estrellas. Muere a cada momento y se reinventa todos los días", considera Rubén Ortiz.

Otro de los platos fuertes que trae el Encuentro Internacional es el...

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