Cuéntame una de... taxistas / De cuernos y venganzas

AutorTania Hernández

Ya estaba cerca la Navidad cuando pasó lo que les cuento. Resulta que con todo el ajetreo de las compras de regalos para el 24 de diciembre, el tráfico estaba terrible, todas las avenidas y calles a vuelta de rueda, como todos los años.

Pues yo (Justino Pérez) me salí a la calle en la tarde, a trabajar, a ver si era cierta mi teoría de que mucha gente quería un viaje para llevar sus cosas a sus casas.

La verdad es que pude haberme tomado mis vacaciones, darme la tarde libre, porque el taxi es mío y yo decido si trabajo o no, pero la verdad es que unos centavos más nunca caen mal.

A los pocos minutos de que salí ya me estaba arrepintiendo, todo mundo anda a las prisas y como dejan todo a la mera hora, pues sí les creo que tiene que ser rápido el ajetreo, menos el de los coches.

Pues ahí iba yo a vuelta de rueda, con el ruido del claxon y, de pronto, una mujer despampanante me hace la parada.

No pues yo de inmediato que me paro, luego, luego las mentadas de madre se dejaron venir, pero a mí no me importó.

Me baje del coche, abrí rápido la cajuela y ayude a la señora a meter sus bolsas de plástico.

Traía un montón de cosas, bolsas, carteras, galletas y muchas más cosas, todo bien envuelto.

Supe lo que venía adentro porque después ella me contó que se había estado toda la mañana escogiendo los regalos.

"Dos tarjetas al tope", me...

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