Cuéntame una de... taxistas / Por un bote de leche

- Soy casado-. Ésa fue la mentira que utilizó el taxista Carlos para rechazar la propuesta de aquella mujer.

- Ok, entonces déjame en la siguiente esquina, no tengo para pagarte-, confesó quien, tras detenerse el vehículo de alquiler, descendió y emitió una última petición.

Unos minutos después de abordar el taxi, ella comenzó a entablar una conversación con el trabajador del volante, lanzó algunos cuestionamientos relacionados con el clima y la económica familiar.

- En muchas ocasiones abordo taxis y les ofrezco favores sexuales a los taxistas, casi siempre acceden, lo hago para completar para comprar el bote de leche de mi bebé-, relató.

- Ah, qué bueno-, respondió Carlos en tono indiferente. Aunque ella prosiguió con el parloteo, él trató de distraerse con divagaciones introspectivas, sin embargo la supuesta madre insistió hasta lanzar directamente la propuesta.

- ¿No te animas a que te haga un favor sexual?, te la puedo mamar o, si quieres, me puedes coger.

- La verdad, no me animo-, respondió Carlos.

- ¿Por qué no, a poco estoy muy fea? Anímate-, insistió.

- No, no es eso, pero no quiero, no insistas- determinó él.

Esa mujer, quien era de baja estatura, morena tiznada y de complexión robusta, comprendió que...

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