Un año: la cuenta regresiva

(Embargada para sitios en internet hasta las 24:00 horas locales)Mauricio Merino(Profesor investigador del CIDE)EL UNIVERSALLas próximas elecciones federales serán el 1 de julio del 2012, de modo que estamos por iniciar el periodo en el que todas las decisiones y todas las acciones públicas se leerán obsesivamente en clave de competencia política. Sabemos que el proceso legal no iniciará sino hasta la primera semana de octubre y que, ya para el mes de noviembre, comenzaremos a saciarnos de la propaganda emitida por los precandidatos en busca de la nominación de sus partidos políticos. Y para el 2012 ya será la locura: más de 2 millones y medio de spots Âentre muchas otras formas de propaganda nos atacarán para persuadirnos de las enormes virtudes de los candidatos en liza.Pero este es el mal menor. El mayor será la inevitable y obstinada reproducción de las prácticas de los partidos para subrayar los defectos de sus adversarios y para impedir que éstos puedan esgrimir méritos que les traigan aplausos y votos. Y no me refiero solamente a las esperadas campañas negativas que ya forman parte de nuestras rutinas, sino al deliberado ánimo de bloquear cualquier iniciativa que favorezca a alguna candidatura o que sea leída como un triunfo para alguno de los partidos. Al iniciar la cuenta regresiva de un año, es de suponer que el país entrará a una suerte de impasse en el que ya no cabe esperar ningún cambio de fondo que ponga en riesgo las condiciones actuales de la disputa, mientras los partidos puedan evitarlo.En cambio, nadie debería llamarse a sorpresa con el despliegue de fuerzas clientelares que vendrá enseguida, ni alarmarse en exceso con la inventiva, la labia y la devastadora capacidad de crítica entre los contendientes, pues todos los incentivos políticos están colocados del lado más sucio de la política, con el fin de ganar las elecciones como sea.Esas grandes burocracias partidarias que hemos consolidado con abundantes recursos públicos se irán alineando cada vez más con las burocracias gubernamentales que domina cada partido, para permanecer y ensanchar sus espacios de decisión. Miles de millones de pesos, literalmente, se pondrán en movimiento para ser repartidos estratégicamente entre electores duros y potenciales, en algo que se ha convertido en el negocio más jugoso y más extendido de la vida pública mexicana.Y supongo que a esta lista habrá que añadir, también, el activismo eufórico del...

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