Cuelga sus piñatas en fiestas alemanas
| Autor | Gabriela Villegas |
Una figura de papel maché que Valeria Priego Morales, de 28 años, regaló a su suegra alemana detonó que las piñatas mexicanas sean, ahora, un elemento más en muchas fiestas y bodas germanas.
Priego Morales tiene seis años viviendo en Braunfels, Alemania. En poco tiempo, la tabasqueña logró posicionar su marca "Valentina Piñatas" como la favorita de latinos y alemanes.
"A los alemanes les gustan mucho las tradicionales estrellas de cinco y siete picos. Son el hit", platica Priego Morales. "A los mexicanos también, pero les gusta mucho mandar hacer piñatas de figuras de Disney".
La emprendedora llega a vender entre 10 y 15 piñatas a la semana y tiene dos empleados alemanes que le ayudan.
Las piezas son artesanales y las vende de 30 euros (653 pesos mexicanos) en adelante, precio que varía dependiendo de su forma y tamaño. Su esposo, el alemán Nils Schubert, apoya el exitoso negocio de Valeria.
"Él dice que vamos a ser ricos", comenta entre risas.
Pese a que está en Europa, Valeria logró conseguir el material para que las piñatas lucieran como si se fabricarán en México y hasta emplea a un piñatero mexicano del Mercado 23 de Cancún, quien es el que exporta los palos a Alemania.
"Él los decora y así empezamos a apoyar un poco el mercado mexicano", dice.
También consiguió un proveedor de papel crepé, ya que en Europa el papel de china es costoso y no sería rentable para su negocio.
¿Pero en qué radica el éxito de sus piñatas?.
"Siempre trato de meterle detalles únicos", explica. "Que se vea única, trendy y que los colores sean muy vivos".
UNEN CULTURAS
Cuando Kimberly Zenizo, regia que vive en Alemania, vio a su hija Frida Goretzki Zenizo romper su piñata de cumpleaños no pudo evitar sentir orgullo de sus raíces.
"Fue súper lindo ver la piñata en una fiesta con alemanes", comparte. "Creo que es algo que ayuda a unir a la gente, todos participan, todos de ríen, aplauden y conocen una hermosa tradición que existe en México".
Ella contactó vía Facebook a Valeria para pedirle la piñata.
"Ningún alemán o chino, porque había chinos también, habían visto una piñata en vivo, sólo en películas", platica la regia, casada con el alemán Félix Goretzki.
"No sabían que se cantaba al pegarle, y no sabían que al final te quedas con los dulces que caen. Se les hizo muy...
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