Cubre de magia su Navidad

AutorMaría Silva

Fotos: Miguel Ángel Chávez

La magia de la Navidad se va creando cuando el pequeño transforma su mirada en asombro y dibuja una sonrisa angelical al ayudar a mamá a colocar una esfera, llevar un regalo al arbolito, sentarse en la cocina a preparar una receta o a esperar el momento cumbre de la llegada de Santa Clos y ofrecerle unas galletas.

Puede ser una época para recordar siempre, si los papás se preocupan no sólo por fomentar el valor de un obsequio, sino de convivir en familia, compartir con los más necesitados y generar un ambiente de agradecimiento.

La psicóloga Patricia Méndez Ordóñez dice que un ambiente mágico navideño empieza por descartar el concepto de la mercadotecnia, es decir, la presión de que hay cosas específicas qué comprar, porque esto crea mucho desgaste emocional a los padres, que luego se transmite a los pequeños, quienes lo toman como ejemplo en sus navidades a futuro.

"Hacer conciencia de lo que realmente puede significar la Navidad, darle un sentido de unión en esos momentos de calidez, al preparar la cena para estar juntos en familia, porque los niños también participan al acomodar un plato o decorar el espacio y hacer juntos una oración.

"Este tipo de preparación es educativa si la sabemos manejar. Vamos a construir lo que queremos lograr y hay que seguir un proceso: ir a comprar las cosas, acomodar la vajilla, contar cuánta gente va a ir a casa, cómo se va a disponer la cena, y si involucramos al niño se contagia de la emoción y hace suyo el proyecto", expresa.

Por su parte, la pedagoga Aurora Licona de León comenta que involucrar a los chicos en la Navidad depende de las costumbres de cada familia, que se van transmitiendo de generación en generación.

"En el caso de mi familia, desde bebés participábamos en el arreglo del pinito, y ahora, con mis hijos, desde los primeros días de diciembre lo colocamos, ponemos música y tomamos chocolate caliente, mientras lo estamos adornando".

Agrega que es esencial que se sientan incluidos en todo momento, desde mostrarles en dónde se encuentran las cajas con las esferas y otros adornos, sacarlos y colocarlos, hasta al final de la temporada cuando hay que quitar todo y guardarlo.

"Porque es muy común que el entusiasmo sea sólo cuando empieza la temporada navideña, pero cuando hay que quitar el arbolito nadie quiere hacerlo", indica sonriendo.

"A mis hijos les preguntaba: '¿dónde pongo la esfera?'", detalla Licona de León, "y les pedía que me ayudaran a colocar las de abajo...

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