Cuba: dos hermanos

AutorZoé Robledo

"He pensado que seré campeón durante los próximos diez años y entonces dejaré que mi hermano tome mi lugar; como los Kennedys, allá en Washington".

Muhammad Ali (refiriéndose a su hermano, el también boxeador Rahman Ali, que nunca fue campeón del mundo).

Ésta es la historia de dos hermanos. El mayor, un líder seductor. El menor, un introvertido relevo. Pero ésta no es una historia de amor filial ni de grandes épicas compartidas. Quizá todo lo contrario. Es una historia de traición, rivalidad y poder que descubre lo más ruin de la condición humana. Soñaron y triunfaron juntos; el tiempo, las diferencias y la ambición los distanciaron definitivamente. La ruptura devino en antagonismo hasta transformarse en el peor de los odios, el de hermanos. Enemigos de tiempo completo, entendían su éxito a partir del fracaso del otro. Y todo a pesar de haber hecho juntos una revolución... en el mundo del calzado deportivo.

Adolf y Rudolf Dassler crearon dos visiones y un emporio a partir de revolucionar lo que los deportistas debían calzar. Todo inició en 1926, en Herzogenaurach, el pueblo alemán donde los hermanos Dassler dedicaban su vida a la manufactura y el perfeccionamiento de zapatos deportivos. Sus buenas artes cobraron fama y llegaron a los pies de muchos atletas en las Olimpiadas de Berlín 1936. La empresa familiar crecía, lo mismo que el prestigio y la fortuna de sus dueños. Según el libro Hermanos de sangre de la periodista holandesa Barbara Smit (LID Editorial, 2007), los hermanos eran antagónicos en su manera de interpretar la vida y la empresa y estas diferencias se agudizaron con el inicio de la Segunda Guerra Mundial. Por órdenes de Hitler, la fábrica tuvo que convertirse en un taller de materiales de guerra. Los hermanos vivieron el conflicto armado de formas muy disímbolas. Adolf, mejor conocido como Adi, logró escapar del frente de batalla y se quedó a cargo del nuevo rumbo de la fábrica. Rudolf, creyente de la causa nazi e informante de la SS, se unió a las tropas en Sajonia. Al finalizar la guerra vino el rompimiento final: los aliados llamaron a los hermanos para que explicaran su nivel de compromiso con el nazismo. Adi salió exonerado y retuvo el control de la empresa. Pero Rudolf no corrió con la misma suerte: fue denunciado por su hermano, aprisionado por el ejército norteamericano y obligado a emigrar con todo y su familia. Se estableció en una ciudad vecina y ahí arrancó una nueva fábrica. Era el inicio de una de las más brutales competencias comerciales de todos los tiempos. En 1948, Rudolf Dassler creó la marca Puma. Para hacerle competencia, Adi Dassler registró una nueva marca que surgió de la fusión de su nombre y su apellido: Adidas.

La historia es útil para ilustrar las posibles consecuencias de un enfrentamiento entre...

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