Cuatro atractivos de Birmania

AutorMerle Linda Wolin

El viaje comenzó en la capital comercial del país, Rangún, ahora llamada Yangón. Es una ciudad grande, irregular y frondosa, con cerca de 5 millones de personas y hogar de dos espectaculares lagos naturales: Kandawgyi e Inya.

Aún cuando los arreglos para viajar en Birmania se realizan mejor en la misma Birmania, se recomienda, antes de llegar, reservar hotel, al menos para las primeras noches.

Llegamos al bien escogido Hotel Palacio Kandawgyi, confeccionado con cara madera de teca y mimbre, situado en la playa del lago con el mismo nombre y apenas al norte del centro de la ciudad. El precio del cuarto doble es de noventa dólares la noche, y solamente se puede pagar con dólares estadounidenses. Pide tu habitación en la planta alta, de esta forma disfrutarás la vista a la magnífica Pagoda Shwedagon.

Una vez alojadas, decidimos salir a explorar. La primera parada fue en la agencia de viajes Exotissimo, oficina situada en la Torre Sakura, en la calle Bogyoke Aung San, en Rangún central. Ahí nos atendió una joven mujer muy eficiente y bien informada, graduada en literatura inglesa en la Universidad de Yangón, y nos ayudó a arreglar nuestro viaje.En diez días, ahora nueve, sabíamos que el viaje sería impetuoso y violento como un torbellino. Las visitas obligadas que hicimos en los pocos días con los que contábamos fueron las siguientes:

1 La Pagoda Shwedagon, en Rangún

Considerado como el monumento sagrado más importante del budismo theravada, la pagoda es un templo con oro incrustado y un domo en forma de campana que fue construido hace mil 500 años y que se levanta majestuosamente a 100 metros sobre el horizonte de la ciudad; se puede ver desde casi cualquier parte.

Su espectacularidad se debe a su orbe, una esfera dorada hueca en la parte superior tachonada con unos 5 mil diamantes que pesan mil 800 quilates y que está, nuevamente, rematada con un único y colosal diamante de 76 quilates que destella de día y de noche. No es de sorprender que en el siglo 19, Rudyard Kipling haya llamado a Shwedagon "un misterio dorado... una maravilla parpadeante".

2 La zona arqueológica Bagan

Marco Polo, en su diario de viaje, describió en 1298 los 4 mil 400 templos de piedra, construidos en una extensión de 42 kilómetros cuadrados, como "cubiertos con oro de un dedo de espesor... uno de los mejores espectáculos en el mundo". No exageraba.

De los 3 mil templos que aún quedan, los más antiguos datan del 850 a de C., mientras que los más recientes fueron...

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