Cronista de Guardia

Víctimas de sus propias quejas(Embargada para sitios en Internet hasta las 24:00 horas locales)Quieren gasolina barata (odian la reducción del subsidio a través del "gasolinazo"), no quieren pagar tenencia, ni por estacionarse, y aunque quieren transporte público, no quieren que les quiten un carril para metrobús o bicicletas.Andrés LajousEL UNIVERSALHay una contradicción que me gusta notar entre automovilistas. Por un lado se quejan profusamente del tráfico, las malas condiciones viales, la existencia de peseros y de la falta de estacionamientos, y por el otro lado insisten en que deben de tener requisitos y costos mínimos por usar su coche. Quieren gasolina barata (odian la reducción del subsidio a través del "gasolinazo"), no quieren pagar tenencia, ni por estacionarse, y aunque quieren transporte público, no quieren que les quiten un carril para Metrobús o bicicletas. ¿Por qué creen que a la ciudad le sale gratis construir el espacio para los coches? Será como se dice en inglés: quieren tener el pastel y a la vez comérselo.La eliminación de la tenencia en el DF que anunció Marcelo Ebrard es muestra de ello. Con un orgullo injustificado el jefe de Gobierno anunció que a 80% de los automóviles en la ciudad no se les cobrará tenencia, que sólo la pagarán los "autos de lujo", y que no habrá un impuesto que la sustituya.La injusta campaña para privilegiar fiscalmente a los automovilistas es primero que nada responsabilidad de Felipe Calderón- quien lo hizo una promesa de campaña- y después del oportunismo variopinto de los gobiernos estatales (en muchos de ellos simplemente le cambiaron el nombre). Sin embargo en el caso del DF, el orgullo de Ebrard en realidad muestra la derrota que él mismo reconoce de sus mejores intentos para cambiar las prioridades presupuestales de la ciudad y la forma de transporte de sus habitantes. La eliminación de la tenencia, sobre todo, puede tener un impacto en la posibilidad de adquirir un automóvil para las personas de menores ingresos. El incremento del uso del automóvil sólo es un acto de justicia social si Ebrard reconoce que no ha podido generalizar un servicio de transporte público en la ciudad que no provoque que millones de personas quieran escapar de él, aunque sea para vivir los congestionamientos en el encierro de sus coches. ¿Qué no se podrían gastar los ingresos de...

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