Crónicas del Metro/ El parto

Estaba todavía en la estación Oceanía y para el hospital de Inguarán que se encuentra cerca del Metro Consulado, todavía faltaban tres estaciones. Bajaba el último tramo de escaleras del trasbordo cuando la vi: la mujer estaba sentada en el último peldaño, pálida, llorando y sosteniendo su abultado vientre.

Era muy avanzada su preñez, la señora se quejaba y todo su cuerpo se estremecía con cada contracción.

Me acerqué con cautela. Entre el espacio que cedió una contracción me dijo: "Voy al Hospital Materno Infantil de Inguarán, pero creo que ya no llego". "Yo también voy para allá, le dije, respiré despacio, vamos a salir de la estación y tomamos un taxi".

"Sí por favor, suplicó, lléveme usted, no sé llegar, no sé dónde queda, no sé leer".

Admirado pensé: qué valor de mujer, mientras la llevábamos cargando en una silla con la ayuda de los hombres de gris. Comencé a repasar las maniobras de parto, mentalmente...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR