CRÓNICAS DEL METRO / Viernes

"Ándale, ven conmigo, nos echamos unas chelas y luego te vas, no seas mal amigo".

- No, ya vete derecho a tu casa. Por hoy ya chupamos suficiente ¡hic!

Contestó, arrastrando las palabras, el "mal amigo".

Cada viernes, lo dos obreros abordan el Metro en Cuatro Caminos... en las mismas condiciones, con algunos grados de alcohol encima.

Miguel y alejandro no pasan de los 30 años, pero su semblante refleja todos los años del mundo, trabajan como burros toda la semana y el viernes apenas rayan corren a la lonchería a darse su gusto, llenarse la panza de cervezas.

No importa que el domingo tengan que fletarse los reclamos de sus esposas.

El poder de unos pesos en la bolsa para llamar a las "chavas de salón" y sentárselas en las piernas mientras echa trago los eleva, por ello valen la pena las friegas que se dan en la fábrica, piensan.

No importa que el viernes, lleguen dando tumbos para alcanzar el convoy del Metro. La vida monótona del trabajo a destajo, de pobreza...

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