CRÓNICAS DEL METRO / Mágico

La primera vez que lo atravesé fue en mi infancia, llevado de la mano de mi padre, o al menos, así lo recuerdo. Eran los primeros años de la década de los noventa del siglo pasado y aquello parecía algo irreal: un enorme túnel que en la estación Pino Suárez, al fondo del andén con dirección Pantitlán-Observatorio, se abre para ser explorado.

En esa época estaba completamente vacío, lo que lo hacía aún más irreal y extrañamente maravilloso.

Poco después, se llenó de ferias del libro y hoy, las editoriales más prestigiosas cuentan con un local permanente para ofertar el universo de conocimiento.

También se puede encontrar una sala de cine cultural y una cafetería a la mitad del mismo y junto a ésta una máquina de impresión tipográfica clásica, rememora la época de oro de los diarios de nuestro País.

Si uno pone suficiente atención, el piso que sube y que baja a ratos por todo el pasillo, es una particularidad casi única en el mundo, pues esa irregularidad de suelo fue un sello distintivo...

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