Crónicas del Metro / Lugar de recuerdos

Chapultepec es un lugar que recuerdo desde mi niñez, ya que cuando veníamos de vacaciones al DF y llegábamos a casa de mi queridísima "mamá Paula" pedíamos a gritos, mis primos, hermanos y yo, que nos llevaran a cualquier sitio de este mágico lugar.

A más de 20 años de aquellos recorridos en familia, Chapultepec sigue conservando su poder para convocar a miles de personas, sobre todo, los fines de semana.

La línea rosa, a mi juicio es de las más utilizadas de la lista y este domingo no fue la excepción. De Balderas a Chapultepec fue el recorrido que realizamos unos amigos y yo, suficiente para que pudiera constatar que este día es el más familiar y divertido, sobre todo, para los niños al poder ir a los diferentes atractivos que ofrece este centro recreativo y cultural.

"Papito, me vas a dejar subirme a la 'montaña rusa', tengo muchas ganas, nunca me he subido, ándale papito", suplicaba un niño que no rebasaba los 9 años y cuya cantaleta duró más de 10 minutos.

Su padre lo veía de reojo y esbozaba una ligera sonrisa al mismo tiempo para después volcar su mirada por la ventana rayada con graffiti.

Familias enteras viajaban en los vagones ansiosas por llegar a la estación del chapulín y continuar el recorrido al lugar preferido: el lago, los museos, el Planeta Azul, la Feria o el Castillo.

Al llegar, la mayoría de los usuarios bajamos y nos dirigimos al paradero.

Con alta voz, se escuchaban los gritos de una persona que decía, "aquí está el que lo lleva al museo tecnológico, al de historia natural, al planeta azul, al papalote museo del niño y a la feria; este es el bueno, súbale, súbale que ya está por salir".

Las filas eran largas, quizás de 30 o 40...

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