Crónicas del Metro / Falta de Respeto

Antes de entrar permita salir" es una frase inscrita con letras negras en la parte superior de cada una de las puertas de entrada y salida que tienen los vagones del Metro, pero...¿realmente quien la aplica?

Cada día y a cada hora la situación es la misma cuando vemos llegar el gusano anaranjado y escuchar el timbre anunciando que las puertas están por cerrarse.

La muchedumbre desesperada quiere salir por miedo a quedarse dentro y tener que continuar el viaje hasta la siguiente estación; eso los llena de desasosiego que se manifiesta con golpes, pisotones y hasta empujones con tal de salir rápido del vagón.

Eso por un lado, mientras que por otro está el equipo de viajeros que pretenden introducirse a como de lugar al interior, pero para ello, hay que ganar el combate contra los que están por bajar. La idea de tener que esperar el siguiente tren no les late ni de broma ya que están retrasados para llegar a la escuela o al trabajo.

Rosario es una joven estudiante que tiene que subirse en la estación Hidalgo con dirección Universidad de lunes a viernes a eso de las 7:45 de la mañana cuando el tren va literalmente a reventar.

Ella es uno de los reducidos casos que aplica la leyenda "Antes de entrar permita salir" pero en la práctica eso le ha costado un sinnúmero de lamentos.

En varias ocasiones, ante la avalancha humana que bajó y subió, no tuvo ni la mínima posibilidad de pasar la raya de la victoria: la puerta eléctrica que cierra sin compasión a pesar de los volúmenes que se interponen para su cierre normal.

La universitaria ha visto llegar y partir varios trenes sin la esperanza de lograr subirse por el exagerado número de usuarios que no le dan oportunidad de colarse dentro...

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