Crónicas del Metro / Carteles vemos...

Llegue hace poco, no recuerdo bien cuando fue, pero no llevo mucho tiempo en este aparador de la estación Hidalgo. Hay ocasiones en que es muy solitario este lugar, en otras no somos muy tomados en cuenta y algunas más somos maltratados a pesar de que existe un pedazo de plástico que, según sirve para protegernos.

Una cosa que me choca es que siempre tengo que estar con una sonrisa, aunque este muy cansado y harto de la gente que pasa y deja sus chicles pegados, de los que rayan mi cubierta protectora, de los famosos "Pepe ama a María" y de tantos recargones que aguanto durante el día.

Al principio, cuando salí de la imprenta, pensé que sería divertido ver a los miles de personas que bajan y suben de los vagones del Metro, de ver la forma en que se visten y como se mueven como... bueno... no sé... creo que como personas apresuradas.

Pero veo que no es lo que pensaba. Es aburrido estar todo el día aquí. Ser un simple espectador y no poder decirle a los chavos que se están besando: "¡oigan, no coman pan enfrente de los pobres!", a los que se recargan: "¿no te molestaría quitarte, por favor?, me estorbas la visibilidad y no dejas que los demás me vean", sin embargo no puedo hacerlo, tengo que quedarme callado y dar "mi mejor sonrisa".

Recuerdo que la primera vez que fui puesto en este lugar, estaba emocionado, pensaba que sería vidrio lo que me pondrían, sin embargo no fue así, al momento en que me desdoblaron vi con decepción que era un gran pedazo de plástico duro pero transparente.

A decir verdad me aburro bastante, la rutina...

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