Crónicas del Metro/ Melenas pintadas

Al subirme al metro ayer, me topé con un escenario curiosamente uniforme que repetían constantemente una situación: melenas pintadas.

Se que está muy de moda pintarse el cabello, pero creía que sólo era para las mujeres, sin embargo, en mi viaje de la estación Hidalgo a Zapata comprobé que estaba totalmente equivocada.

Un señor que a primera vista aparentaba no más de 50 años, logró que su tinte cumpliera su sueño de verse más joven. Si observaba únicamente su cabeza, no tenía duda de ello, pero al bajar la mirada, pude comprobar que ni el tinte ni su peinado moderno podían ocultar los años registrados en sus anchas y profundas arrugas, principalmente por sus "patas de gallo".

El tinte colocado, quizás la noche anterior, brillaba en el nacimiento del cabello y en el cartílago de sus orejas.

Aquel hombre de baja estatura y de traje café a rayas, se observaba con disimulo en el reflejo de la puerta, frente a la que estaba parado en posición de soldado: firme y con la vista al frente.

La atención inicial que puse en aquel hombre, provocó mi interés por saber que más me podía encontrar en el resto de los pasajeros que disfrutaban de su viaje.

A unos metros de donde estaba, ubiqué a mi siguiente objetivo: era un joven preparatoriano, de una figura sumamente esquelética que su ropa holgada no logró esconder, de tez obscura por la alta exposición al sol y lo más importante para mi en aquel momento, una melena semejante que lució años atrás la cantante española Mónica Naranjo.

No sé lo que usó para teñirse de esa manera el cabello, quizás peróxido o tal vez un tinte que se...

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