Critica obra vivir sin saber por qué

AutorKaren López

Jugar es repetir, divertirse sin sentido, aprender reglas inútiles sin cuestionar el porqué. ¿Es el juego como la vida misma?

En la puesta en escena "El Juego", del Distrito Federal, que se presentó el miércoles en el Teatro del Centro Convex, la representación de los juegos infantiles como la rayuela, los columpios o el "stop" es el pretexto para criticar la repetición sin reflexión de los patrones de vida.

Dirigida por Alan Uribe e inspirada en la obra "El Juego de Zuzanka", de Milos Macourek, la propuesta, dentro del Quinto Coloquio de Teatro del Festival Internacional Santa Lucía 2012, invitó a los espectadores de la abarrotada sala a desconcertase con la farsa de la interpretación de seis personajes.

La escena inaugural se abre sin que se anuncie la tercera llamada. Un hombre en la esquina del escenario toca una sola nota en su guitarra y explica al público que de todas las notas y combinaciones posibles para una composición, siempre se toca sólo esa.

Ese hombre es una especie de dios o fuerza creadora en la obra.

Y es que la música determina la estructura y el ritmo de la puesta, pues cada vez que el "dios" interfiere con su música se anuncia otro juego nuevo, aunque el resultado es el mismo.

Así, como en un sueño absurdo, se...

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