Crisis fiscal o la resaca de una adicción

AutorSergio Negrete Cárdenas
Páginas1-6

La economía de México puede iniciar muy pronto una etapa de desintoxicación. De forma similar a tantos procesos de esa índole, será doloroso y tomará tiempo superar la adicción; como con tantas drogas, el problema no es la sustancia per se, sino la adicción a cantidades crecientes y la falta de un equilibrio en su consumo. Y, como en tantas adicciones, muchas veces el paciente se engaña a sí mismo sobre la enorme gravedad del problema. El presupuesto aprobado por la Cámara de Diputados para el año fiscal 2010 por desgracia confirma el autoengaño. Es como el alcohólico que grita a los cuatro vientos que la bebida no le representa un problema y que puede dejarlo en cualquier momento.

La adicción al petróleo tiene ya un largo tiempo. Toda una generación de mexicanos ha crecido bajo el espectro de país rico en petróleo, desde 1978. El crudo de los yacimientos recién descubiertos pocos años antes empezó entonces a fluir a raudales, justo cuando el precio de los energéticos se encontraba por las nubes. En esos tiempos no tan remotos el país literalmente rezumaba crudo por sus poros. En 1976, Rudesindo Cantarell, descubrió una mancha de aceite que brotaba del mar en la Sonda de Campeche. Es de esperarse que Pemex haya recompensado en algo, aparte de bautizar el yacimiento con su apellido, al pescador que se había topado con lo que en su momento fue el tercer depósito de petróleo más grande del mundo.Page 2

Las finanzas públicas se petrolizaron con singular alegría. Eran los tiempos, en la inmortal frase de un presidente cuyas dotes para la oratoria eran superiores a las que tenía como gestor de políticas públicas, de administrar la abundancia. Sin llegar a los extremos de Venezuela o Arabia Saudita, la dependencia se volvió extrema. Petróleos Mexicanos se convirtió en la gallina de los huevos de oro. A diferencia de lo ocurrido en la fábula, nunca se le ahorcó, aunque ciertamente se le ha explotado a fondo. Se hizo costumbre, que se sostiene hasta la fecha, desangrarle mucha o todas sus ganancias vía impuestos y permitir que se endeudara de manera masiva para poder invertir. Por ello no es sorprendente, aunque sí deprimente, que desde una perspectiva contable Pemex hoy casi no vale nada, con sus pasivos casi al mismo nivel que sus activos.

Por décadas el precio internacional del petróleo (y por lo tanto del crudo mexicano) ha sido una de las variables más importantes para la economía nacional. Sin embargo, en años muy recientes, se ha agregado...

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